Berlanga de Duero conserva la
elegancia y el esplendor del pasado, con su colegiata, su castillo, uno de los
más espectaculares de la provincia de Soria, murallas, calles porticadas y
otros edificios monumentales que la convierten en Conjunto Histórico Artístico.
Entre calles tranquilas, de
fachadas de piedra y soportales que aún conservan la esencia de villa señorial,
aromas de pan recién hecho y la charla pausada de los vecinos, la mañana te
pide un paseo sin prisa.
La Plaza Mayor, amplia y
armónica, es el corazón del pueblo; allí, entre soportales y balcones de
madera, se respira la vida tranquila de la villa. Muy cerca se levanta la
colosal colegiata de Santa María del Mercado, que impresiona por su tamaño casi
catedralicio en un lugar tan pequeño. Merecerá su postal propia.
Siguiendo el paseo, no se puede
evitar levantar la vista hacia lo alto del cerro, donde el castillo vigila
desde la distancia. Sus murallas recortadas contra el cielo recuerdan que
Berlanga fue tierra de frontera y defensas, un lugar donde la historia
castellana se escribió con fuerza, y que también merecerá su correspondiente
postal veraniega.
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