Como es verano y hace calor, tampoco un calor insoportable viniendo de Zaragoza, nos dirigimos al parque del Retiro madrileño en busca de sombra, verde y frescor y alejarnos de coches y del asfalto.
Pero resulta que la naturaleza en Madrid no la consideran "refugio climático" que dicen ahora. Que hay un protocolo (es escuchar la palabra protocolo y me pongo a temblar), que obliga a cerrar los parques cuando hace más de 35 ºC. Por motivos meteorológicos adversos pone en el cartel.
Fuera del parque la vida sigue igual. Los coches circulan, los paseantes pasean, los que hacen deporte en vez de en el parque lo hacen por las calles limítrofes, los que trabajan trabajan, los que asfaltan asfaltan....
Cruzar la plaza del Pilar a 40ºC si que son condiciones adversas. Vivir en Gaza, y en tantos lugares del planeta si que son condiciones adversas, extremas. Y ahí además de morirte de hambre caen bombas, no ramas de árboles.
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