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El responsable de fijar las elecciones el 23 de julio no ha tenido nunca que pelear por una quincena de vacaciones, ni tener que organizar turnos de verano con el consiguiente enfado de quien ve frustrados sus deseos o las vacaciones del resto de familiares o amigos. Ejemplo de lo alejados que están los políticos de lo que verdaderamente preocupa a la ciudadanía. Y en este caso especialmente a la definida como "clase media y trabajadora".
Aún lo estropean más los tertulianos y opinadores afines al régimen. Con eso de que no es para tanto, que se puede votar por correo o que si has reservado un viaje antes del 29 de mayo siempre lo puedes presentar como justificante para no ser mesa electoral. Y que a fin de cuentas solo serán mesa poco más de medio millón de personas. Otros alejados de la realidad. Angels Barceló se echaba las manos a la cabeza cuando oyó la noticia; al día siguiente se refugiaba en el "no es para tanto cuando se trata de cumplir con nuestros derechos y obligaciones"
Maite está que trina, pensando en todo esto. Auxiliar de enfermería en un hospital público, ha podido elegir la quincena que quería este año para coincidir con su marido. En los hospitales, como en tantas empresas, las vacaciones no se elijen cuando quieres; se cogen de quincena en quincena (siempre contando a partir del primer lunes del mes) según un orden establecido. Este año lo tenía fácil para los días que quería porque le tocaba elegir la tercera; luego fue la antepenúltima para la segunda quincena que le correspondía; y en este caso no hubo tanta suerte porque solo le quedaba octubre. Pero vamos, muy contenta en abril cuando consiguió vacaciones entre el 17 y el 30 de julio. Destino, la casa de la aldea de Galicia donde nació su suegra. Este año si que tocaba disfrutar de las fiestas de Santiago; con gran ambiente además porque coinciden con puente festivo en Galicia, en Pais Vasco, en Castilla y León...
El domingo 23 de julio, en mitad de las vacaciones, atrapa su mente como si fuera un "dementor". Como les toque mesa electoral no pueden alegar nada, pues no todo el mundo coge aviones y hoteles para irse de vacaciones. Y a mitad de vacaciones tendrá que volver a hacer 875 kilómetros para volver a casa, cumplir con su obligación y retornar, si aún le quedan ganas al lugar de veraneo. Mínimo tres días perdidos, entre ellos los días de Santiago. Casos como el de Maite, en mayor o menor medida habrá a cientos; y solo lo sufrirán a quien le toque. Una falta de respeto a la clase media y trabajadora. Lo del calor en los colegios electorales será otra.
Y ojo al dato que diría García, de nuevo de moda: Como no volvamos a saber votar quien no dice que en diciembre de nuevo elecciones. El 24 es domingo; ahí lo dejo.
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