Noja está rodeada de marismas y
de mar. Ofrece estupendas playas, senderos por acantilados, y se beneficia de
todos los atractivos que puede ofrecer Cantabria. Por todo esto merece la pena
pasar unos días en esta localidad, especialmente si lo haces en primera línea
de playa.
Pero detrás de la postal, Noja es
el municipio español con más segundas residencias y pasa de poco más de 2.500
habitantes en su censo a picos de 80.000 durante los meses estivales, cuando el
pequeño pueblo cántabro tiene más población que muchas capitales de provincia.
Fuera de los periodos vacacionales, las calles de las urbanizaciones entre el viejo
pueblo u la playa del Ris convierten a Noja en una ciudad fantasma: comercios
cerrados, persianas bajadas y avenidas sin coches.
La Iglesia de San Pedro, de
estilo gótico-renacentista (siglo XVI), el Palacio del Marqués de Albaicín, del
siglo XVIII y otras casas nobles como la Casona de la Torre, Casa-palacio de
Venero (siglo XVII), Palacio de Velasco o el Palacio del Carmen nos muestran la
riqueza patrimonial presente en el casco urbano.
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