La charanga ya lleva rato de
ronda por los bares tras la procesión de la Virgen. Trombones, saxofones, trompetas
tambor y un trombón marcan el ritmo de la fiesta. En medio del bullicio, aparecen
ellas, que también vienen de la procesión, elegantes, con sus mantillas altas y vaporosas. El contraste es evidente tras la solemnidad de la procesión: la seriedad de las mantillas frente al desparpajo de las chicas que las portan
bailando al ritmo de charanga, en una mano el abanico, en la otra el botellín.
Esencia del 15 de agosto
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