sábado, 24 de septiembre de 2022

ITINERARIUM VIII: Ornamentos litúrgicos

 







Entre tanta pieza y curiosidad que presenta el corpus de la exposición Itinerarium pueden pasar desapercibidas algunas que son verdaderos tesoros; bien por su pequeño tamaño, bien porque a poco que tengas cierto recorrido en la vida espiritual y litúrgica de la Hermandad de San Joaquín los has podido contemplar e incluso venerar y besar cuando dejaban hacer esto último.

Del relicario de San Joaquín sabemos que está realizado en plata dorada cincelada, que protege con un cristal ovalado la reliquia del santo con la leyenda escrita "S. Juaquin", rodeado de haces y estrellas en forma de sol. Rodea la base del relicario una inscripción descriptiva aludiendo a la propiedad de la Hermandad y al año 1736. Sabemos que fue obra del orfebre José Aladrén al que se le pagó en dicho año 23 libras y 26 sueldos.

El bello portapaz esta realizado en plata sobredorada a fuego y repujado a mano en su anverso. El reverso está forrado en plata con punzón de Solana, con la siguiente inscripción "Es de la Cofradía de Comerciantes de San Joaquín de Zaragoza. Año 1778. Se sigue utilizando en todas las eucaristías de la Hermandad para el acto de la paz.

El antealtar es uno de los grandes desconocidos entre los elementos que configuran la exposición. Del siglo XVIII está realizado en seda bordada a mano y durante décadas estuvo custodiado por la familia García Lacruz. Se expone por primera vez.




viernes, 23 de septiembre de 2022

ITINERARIUM VII: El Libro de Cuentas de 1653 y sigue adelante

 


El libro más antiguo de los que se conservan en el archivo de la Hermandad, y expuesto en la muestra, es un grueso tomo de tapas apergaminadas y cierre de la época en cuya tapa queda titulado como Libro de Relación de Cuentas Efpirituales que dan los Mayordomos de la Cofradía de San Joachín. Año 1653 y sigue adelante. En él se se recogen ininterrumpidamente desde 1653 a 1795 las cuentas resultantes del cobro de miajas, de la recaudación de limosnas y de los gastos que, de manera anual, debía presentar el mayordomo saliente a su sucesor en el cargo. Sirva de ejemplo el siguiente párrafo:

“En 22 de octubre de 1676 dio sus quentas el Sr. Matheo Pueyo de su Mayordomía con asistencia de los SS.es nombrados abajo firmados aviendoles verificado se alló que el gasto excedió en 24 libras 175 sueldos los cuales perdona el Sr. Mayordomo a la dicha Cofradía por no tener que pagarlas y en su gratitud se admitió como cofrade de la Cofradía a su hijo Joseph Pueyo sin obligaciones de pagar la entrada y por la verdad lo firmamos en dicho día del mes de octubre” .

Tras las firmas correspondientes quedan reflejados los nombres de los cofrades y sus aportaciones, así como los gastos acometidos.

Es un libro complejo y desordenado con diferentes tipos de caligrafía según va pasando el tiempo y a la vez con diversas funciones. Las veintidós primeras hojas están recortadas escalonadamente en su margen derecha para figuren las letras del abecedario nada más abrir el volumen y así recoger los nombres de los cofrades por orden alfabético según la inicial del nombre. En el reverso de la letra Z figura el siguiente párrafo:

“Desde aquí en adelante en este libro están asentados los nombres de los confrades y confradesas de la cofradía del Glorioso Patriarca San Juachín. Están asentados todos por su letra en el abecedario en su número por cuanto no se allaba libro desto, con fundamento ni nombre de cofrade concertado ni reglado, sino en diversas partes y así por queste fuesse libro para dicho asiento no tuviese el trabajo que el secretario de la Cofradía tenía que sacar la cedula de todos los cofrades mandó hacer Jussepe Vidaña secretario de dicha cofradía dicho libro en el año + 1640”.

Así figuran 187 nombres junto a los que se marca el pago de la entrada en la Hermandad, que oscila entre 8 y 24 libras, añadiéndosele a alguno el año de ingreso si fue con posterioridad a 1640 y también el año en el que fallecieron. El tal Vidaña intentó sistematizar un orden que facilitara las tareas de los secretarios, pero no podemos concretar los años que abarca esta lista pues en algunas páginas posteriores aparecen otras nuevas, figurando la primera en el año 1652. A partir de aquí, el libro se dedica a recoger las cuentas anuales que presentan los Mayordomos.

La Cofradía tenía unos gastos fijos:

·        Los correspondientes al Prior de Santo Domingo “por la caridad de doce misas que se celebran los doce meses del año en el altar de nuestro Santo y por la que se dice el día de la fiesta principal y aniversario general” que  ascendían a 5 libras durante todo el siglo XVII

·         El salario del llamador o corredor de la cofradía que en la segunda mitad del XVII era de 2 libras

·         El salario del secretario

·         La asignación al Mayordomo para atender gastos de su cargo y que era de 15 libras.

·         Los ocasionados por la fiesta principal y por los entierros (gasto en cera principalmente) que oscilaba entre 1 y 11 libras.

Estos gastos se sufragaban con unos ingresos provenientes del pago por la entrada de nuevos cofrades, por el cobro de miajas en el día del Capítulo, del cobro del alquiler dde una casa que tenía la Hermandad arrendada entre la calle Añon y viejos (4 a 5 libras) y del arriendo de un campo de cultivo. A esto se sumaba lo obtenido en un “calderon” que acostumbraban a dar los Mayordomos, lo que aumentaba el prestigio de la persona, prestigio necesario per se para acceder al cargo.

A lo largo del S.XVIII la Hermandad de San Joaquín manifiesta un gran esplendor, y este queda reflejado en este tomo que estamos explicando. La documentación disponible de esta época es muy abundante y concisa, así como las referencias a las actividades desarrolladas y a la adquisición de objetos litúrgicos.

En una nota fechada el 23 de febrero de 1712 queda constancia de que el Mayordomo Ximeno pagó al contado 1600 libras a los oficiales que trabajaron en el retablo, que en 1736 se realizó un relicario, obra de José Aladrén y que costó 23 libras y 16 sueldos y en 1761 “se pagó una libra jaquesa al pintor Juan Andrés Meklein por dos diseños que dibujó del santo en su capilla y verdadero retrato”. En 1778 se adquirió un portapaz por 31 libras y 8 sueldos.

Se deja de escribir en este libro con la apertura de El Libro 1º del cobro de miajas y entradas de cofrades en la Cofradía del Señor San Joaquín de mercaderes comerciantes. Empieza el año 1795 y del Libro de Actas, legalizado con el sello de la Corona por 40 maravedies el cual se inicia con el Capítulo General celebrado el 20 de julio de 1796. Este libro concluirá en 1949, enlazando con los actuales libros de actas.


jueves, 22 de septiembre de 2022

ITINERARIUM VI: El comercio bajo la protección de San Joaquín. 1762

 


En la exposición las referencias al origen gremial no pueden faltar. Entre la mucha documentación que atesoran diferentes archivos de la ciudad destaca la que se promulga en 1762, una “Real Cédula de aprobación de Ordenanzas para el establecimiento, régimen, y gobierno de un Cuerpo General de comercio en Zaragoza baxo la Protección del Señor S. Joachin”  donde se decreta que para facilitar el fomento del comercio en la ciudad de Zaragoza se establece un Cuerpo General de Comercio al que deben adscribirse todos los comerciantes que residan en la misma, además de que “teniendo presente la distinción que goza la Cofradía de Mercaderes, llamada de San Joachin, por su antigüedad, y circunstancias de los que la componen; (......) mando, que todos los demás Comerciantes, y Mercaderes sueltos, y sin agregación, que se admitieran al Cuerpo General, deban unirse, e incorporarse a ella, gozando a un mismo tiempo del beneficio espiritual, que prescriben las antiguas Ordenanzas”.

Tuvieron largo recorrido pues son varias las ediciones en diferentes años que se conservan.


Se puede consultar un ejemplar en la Biblioteca Virtual de la Diputación Provincial de Zaragoza

http://www.bivizar.es/es/consulta/registro.do?control=BDZ20140003495









miércoles, 21 de septiembre de 2022

ITINERARIUM VI: Un protocolo de 1711

 


El documento que presentamos se encuentra en posesión de la Hermandad desde hace 311 años, aunque no siempre conservado con mimo. De ahí su deterioro. Sin embargo, es uno de los más valiosos por todas las referencias que aporta.

Fechado el 6 de octubre de 1711 es una escritura con las “Asignaciones  y cesión de la Capilla del Glorioso Patriarca San Joaquín y demás anexos otorgada por los muy reverendos Padre Prior y Religiosos del Convento de Santo Domingo”.

En estas escrituras, el Prior hace elogios del fervor y celo que la Cofradía presenta, asó como de los beneficios que aportan al Convento. Es por esto que, cuando se proyecta la reforma de la iglesia, el Prior otorga a la hermandad el derecho a elegir el lugar donde quererla  erigir:

 “Y atendiendo que la Cofradía en la iglesia antigua de nuestro convento tenía su capilla y retablo, en la actual y moderna le pedimos eligiese el  sitio y puesto que le pareciese, en lugar de la antigua para que en ella se continuase su devoción y no perdiese su derecho”.

Además se le concedió el privilegio de enterrar en la capilla a los cofrades difuntos, así como un espacio para que “pueda hacer su sacristía donde tener custodiados los ornamentos y los cálices propios de ella, y un armario que sirva de archivo para custodiar sus papeles”.

En 1815, tras el fallecimiento de don Diego Pargada, secretario de la Hermandad de desde 1794, al ir a recoger los libros y otros enseres de la Hermandad a su casa, se nos relata en un acta que  aparecieron “dos escrituras comidas por los ratones por los cantos, con las Asignaciones y Cesión de la Capilla….” Así es como las vemos en la exposición

En otro legajo fechado en 1712 sabemos que la capilla terminó instalándose “en la nave de la mano derecha entrando por la puerta principal de la iglesia y está la segunda (…) y por la espalda a la llamada calle de Predicadores” para concluir diciendo el Padre Prior que

“Manifiesto que llamado, convocado, congregado y apuntado el Capítulo de los Muy Reberendos Padres Prior y Religiosos del Real Convento del Patriarca Santo Domingo Guzmán llamado de Predicadores de la Ciudad de Zaragoza (…) atendiendo y considerando los Mayordomos Cofrades y Capítulo de la Cofradía del Patriarca San Joaquín fundada en la iglesia de nuestro Convento ha sido erigido y colocado para mayor devoción  y veneración de dicho Santo un retablo, y dorado este, con el esplendor y magnificiencia que se demuestra, en que ha empleado muchos caudales".

Por los libros de cuentas de la Cofradía sabemos que con fecha de 23 de febrero de 1712 “Andres Ximeno Mayordomo de la Cofradía de San Joaquín importa mil setecientos once libras a los oficiales que trabajaron en el retablo al contado…” El escultor se llamaba Pedro Escolano y el pintor Capazes.

 

 

martes, 20 de septiembre de 2022

ITINERARIUM V: Santa Ana y San José

 




A poco que conozcas el patrimonio de esta Hermandad de San Joaquín son las piezas más sorprendentes de la exposición. Incluso para aquellos que se precien conocerla a fondo. Su presencia obliga a acercarse a leer los carteles explicativos para ver que son y de donde se han sacado.

San José y Santa Ana, junto a San Joaquín, eran las esculturas protagonistas del último retablo que tuvo la Hermandad en la iglesia del Convento de Santo Domingo, de las cuales solamente se tenían referencias de su devenir y posible ubicación y que gracias a este V centenario han podido ser rescatadas del olvido y hacerse visibles.

Cuando hablamos del libro conventual de Santo Domingo ya mencionamos como este Lumen Domus se ve aumentado en 1713 por el Padre José Lamana, quien nos describe la capilla, y estas figuras aparecen allí mencionadas, como lo hacen en dos escrituras de las que ya haremos repaso en su momento, al estar también expuestas, donde en 1711 y 1712 el Padre Prior da buena cuenta de la capilla y del retablo. 

Tras los Sitios de Zaragoza a principios del siglo XIX sabemos la suerte que corrió el convento, como se explicó al describir la escultura de San Joaquín en anteriores visitas virtuales, y como se intentó a lo largo de ese siglo reubicar el retablo sin éxito alguno.

Se puede decir que desde entonces hasta esta exposición los cofrades de San Joaquín dejan de tener una relación directa con el culto a estas dos imágenes devocionales. Pero las referencias escritas de su existencia son continuas a lo largo de estos 125 últimos años y están ahí. Solo hacía falta que alguien se decidiera a llamar al convento de las Madres Capuchinas y preguntar por ellas.


Convento de las MM Capuchinas entre la calle Asalto
y la calle Manuela Sancho entre 1877 y 1973.

En las actas de 1897, como ya hicimos referencia al hablar de San Joaquín, se da referencia de haberse encontrado las imágenes en el convento de las MM. Capuchinas en la calle Manuela Sancho. En espera de disponer de altar en San Cayetano, iglesia que el Arzobispado designó como nueva sede canónica, se firmó un acta para dejar las imágenes en depósito en este convento. Y el 27 de octubre de 1899 se recoge en acta que, una vez acondicionada una capilla en San Cayetano, se visite al Arzobispo y recaben de su autoridad permiso para trasladar la imagen de San Joaquín que se encontraba en el altar mayor de las MM. Capuchinas. Se envió un informe al Arzobispo en el que le “suplican se digne conceder su superior permiso para que las Religiosas entreguen y los cofrades trasladen al menos la efigie de su titular San Joaquín, quedándose el retablo y las dos imágenes restantes mientras que la cofradía no haga uso de ellas mayor necesidad”.

Estas referencias aparecen también en la Revista Dolorosa nº 15 de julio de 1997, en el libro de la exposición del Centenario del Restablecimiento de la Hermandad  celebrada hace 25 años en la Sala Hermanos Bayeu del Edificio Pignatelli del Gobierno de Aragón, o en el capítulo 1 del libro dedicado a los 75 años de la creación de la Sección de la Virgen de los Dolores. Constancia había pues para las actuales generaciones cofrades. Y alguna monja también tenía la referencia de cuando la Hermandad acudió a finales de los años 60 del siglo XX  para recuperar el lienzo de la Sagrada Familia. 

Lo dicho, solo había que llamar a la puerta del convento y preguntar, algo que con motivo de la preparación de este V Centenario hizo el cofrade Ricardo Navarro, en un momento nada fácil por las restricciones de la pandemia.  

                




lunes, 19 de septiembre de 2022

ITINERARIUM IV: Patrocinio del Glorioso Patriarca el Señor San Joaquín (1712)

 


En los últimos 125 años, todas las generaciones de cofrades de la Hermandad de San Joaquín, gracias a un recurrente y hasta manido párrafo de este libro que presentamos, sienten con orgullo la pertenencia a una institución con tantos siglos de antigüedad. Y es que, desde 1897, las publicaciones de ordenanzas, reglamentos y estatutos se iniciaban con un preámbulo con el famoso texto que el Padre Fray Juan Bautista Joaquín de Murcia incluyera en su libro Patrocinio del Glorioso Patriarca el Señor San Joaquín, impreso en Valencia en 1712.

 


Y ese texto decía, en el punto 6 del capítulo II, eso tan repetido por todos de que reunidos los habitantes de la calle Cedacería, acudieron a la oración haciendo voto de dedicar al Glorioso San Joaquín una capilla en acción de gracias si el Señor, por sus méritos, les libraba de la peste, que por sus pecados afligía a la ciudad de Zaragoza el año 1522. Habiéndose visto libres auxiliaron a los enfermos de otras calles sin daño ni perjuicio y agradecidos a tan singular beneficio se presentaron al Prior de Santo Domingo, suplicándole cediera lugar para construir una capilla al Santo y fundar una cofradía.





Hoy sabemos que la fuente en las que bebió el fraile murciano se encuentra en el libro conventual de Santo Domingo que ya mostramos días atrás; y que este religioso escribió otros dedicados a San Joaquín para varias localidades españolas.

El libro lo conocíamos algunos por la consulta virtual que se puede realizar a través del siguiente enlace   http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000038966&page=1 , que nos lleva a los fondos de la Biblioteca Nacional de España. Gracias a la reciente donación de una familia cofrade podemos disponer de un ejemplar en la exposición. Sorprende su pequeño tamaño para los que nunca habíamos visto un ejemplar, al que imaginábamos enormes en proporción al orgullo cofrade que nos legó.

En la librería anticuaria Luces de Bohemia de Zaragoza, puedes hacerte con otro ejemplar, este impreso en Zaragoza por Francisco Revilla en 1721. Y tiene que haber más libros y más ediciones por encontrar, pues sabemos que en 1734 la cofradía encargó una nueva edición que vendían al precio de 3 libras.

 

Foto de una web de cempra-venta

 


domingo, 18 de septiembre de 2022

ITINERARIUM III: El lienzo de la Sagrada Familia

 



Parece mentira que con la cantidad de patrimonio expuesto y las dimensiones que ofrece la sala se hallan quedado piezas y más de un documento sin mostrar. Es lo que le ocurre al lienzo de la Sagrada Familia, del que aparece una réplica en tela pues por su altura no cabía en la estancia de Ibercaja. 

Ir a San Cayetano no necesita de excusa alguna, pero ahora es una buena oportunidad para contemplar en la capilla de la Hermandad de San Joaquín este lienzo en todo su esplendor, libre de la presencia de la escultura del santo que oculta su visión.

San Joaquín es el protagonista principal del óleo, el cual se encuentra custodiado por toda un grupo de "amorcillos" portadores de medallones donde se mencionan los parentescos del patriarca en relación a la Sagrada Familia: abuelo de Jesús, padre de María, suegro de José, esposo de Santa Ana. Es coronado como Padre y Cabeza de la Sagrada Familia de Dios y una orla recuerda a nuestra Cofradía de Mercaderes.

Lo fechamos en 1711, año en que la cofradía se embarca en un nuevo retablo para la capilla donde es reubicada la cofradía una vez que los Dominicos han reformado su iglesia conventual. Cuando en este recorrido virtual hagamos referencia a un manuscrito fechado en 1712, daremos detalles de esto, y porque lo atribuimos a un pintor llamado Capacés.

El caso es que queda todavía mucho por estudiar. Y seguramente por encontrar.

El caso es que también podría ser, dadas las características, fechado en 1796 cuando se realizan dos paños de difuntos “uno en terciopelo negro y otro en raso carmesí para párvulos, poniéndose en ambos su respectivo medallón al medio con la efigié del Santo Patriarca San Joaquín y demás adornos correspondientes y de manera que fuesen una cosa decente como corresponde a la cofradía”. Un acta de 1806 nos dice que “se halla como depositado y guardado el cuadro de la Santa Imagen de San Joaquín que se hizo para el diseño del Paño de Difuntos, y que dicho cuadro se había pensado y premeditado en años anteriores colocarlo en la capilla del Santo Patriarca”. Dado que su colocación no suponía un elevado coste se procedió a ello.

Como ya contamos con la talla del santo, y volveremos a recordar con otras que aparecen en la exposición, este lienzo sufre los mismo avatares que el resto de elementos de la capilla.  Tras los Sitios de Zaragoza, el abandono en el que queda el convento y la crisis en la que se sumerge la Hermandad, que intenta ubicar su patrimonio en otras iglesias, provoca que lo que se conserva de la capilla (las imágenes de San Joaquín, Santa Ana, San José y el lienzo) se traslade en 1878 a la iglesia de Santa María de los Ángeles del convento de las Madres Capuchinas. Con el restablecimiento de la Hermandad se firma un acta dejando constancia de que en esta iglesia se quedaban en depósito hasta que la cofradía se encontrase en condiciones de establecer de nuevo el culto. En la última junta del siglo XIX, celebrada el 5 de diciembre de 1899, figura que el sr. Arzobispo ha tenido a bien devolver la talla de Santo Patrono a sus legítimos propietarios, siendo depositada en la Real Capilla de Santa Isabel. No será hasta finales de los años sesenta del siglo XX cuando se vuelvan a hacer gestiones para la recuperación del cuadro, que volverá a estar junto a la escultura de San Joaquín en la actual capilla de San Cayetano desde el 24 de marzo de 1972 cuando se procedió a su bendición por el Excmo. Sr. Arzobispo don Pedro Cantero Cuadrado y la asistencia de las autoridades civiles y militares.










sábado, 17 de septiembre de 2022

ITINERARIUM II: La escultura de San Joaquín (s.XVI)

 

Decíamos en la anterior visita a la exposición que la talla de San Joaquín es la pieza más antigua de las que se muestran.

 Es bonito pensar que incluso fuera la imagen en torno a la cual se funda la Hermandad en el convento de Santo Domingo de Predicadores, pero no hay ninguna fuente que así lo confirme, salvo que todo apunte a que si es una obra del siglo XVI.

Dejamos su análisis artístico para aquellos que algún día se quieran enfrentar a su estudio para pasar a desglosar un devenir histórico, cargado de anécdotas, en su relación con los cofrades de la Hermandad.

Tenemos que suponer que en la descripción que el Padre Lamana realiza en 1713, el Santo que se menciona y ocupaba el centro del retablo de la capilla de la Hermandad era esta. Del mismo modo, vemos como es la figura que inspira a los diferentes grabados de los que la Hermandad se sirve para ilustrar documentos y fomentar la devoción con estampitas.

La Guerra de la Independencia y la ocupación francesa de Zaragoza provoca una crisis en la actividad de la Cofradía. Cuando el 6 de junio de 1814 se celebra el primer capítulo tras la guerra se da cuenta del estado en el que se encontraba la capilla después de haber sido utilizada por las tropas francesas para depósito de pertrechos de guerra, acordando el capítulo que se cobraran las seis anualidades que se habían dejado de percibir para habilitar de nuevo la capilla, como así se hizo. Pero la Cofradía fue perdiendo vitalidad y desde 1819 los ingresos comienzan a disminuir.

En 1834 se hizo notar las dificultades que se presentaban para designar anualmente un mayordomo (último año con reflejo en acta). Una esquela fechada el 17 de febrero de 1837 decía: “Los Mayordomos de la Cofradía de San Joaquín avisan a V. a Junta General de la Cofradía para tratar de colocar el santo y el altar en la Parroquia de San Pablo, a quien han pedido y han conseguido el permiso necesario, pues de no colocarse se perderá un valioso altar que costó muchos miles a nuestros antepasados. Y suplican su asistencia a junta el domingo 18 de los corrientes a las 10 de la mañana en las Escuelas Pias. Sin excusa.”

Otra esquela fechada el 4 de octubre de 1851 y firmada por los Mayordomos convocaba a nueva junta para “tratar de colocar las imágenes del Santo, el San José y Santa Ana y retablo de su capilla adonde más convenga, a fin de tratar de organizar la cofradía y que cesen los muchos años que quedan suspendida”. Junto a esa esquela aparece la lista de miembros de la Hermandad a fecha de 1851: 40 hermanos y 4 cofrades espirituales; y entre los primeros aparece el nombre de don Manuel Dronda Azcárraga, del que estaremos obligados a dedicar una de las visitas virtuales a esta exposición

Desde 1851 se deja de tener constancia escrita de actividad alguna por parte de los cofrades. Y esto queda reflejado en el libro de actas, en la página siguiente a la de 1834 cuando se refiere que todo lo que se sabe de la cofradía desde esa fecha es por las referencias verbales de don Manuel Dronda Azcárraga, “único cofrade superviviente, y a cuya iniciativa se debió en 1897 el restablecimiento de la Cofradía, con el título de Hermandad de Comerciantes, bajo el Patronato de San Joaquín”. 

El 23 de noviembre de 1897 se crea una comisión “para localizar el altar, las imágenes y otros efectos pertenecientes a la Antigua Hermandad, comisión que debe encargarse también de recabar para la Hermandad la devolución de lo que se encuentre sin apelar a medios violentos ni costosos”. Sabiendo que las Capuchinas se instalan en la iglesia de Predicadores en 1859, resultó fácil encontrar las imágenes en el convento de Manuela Sancho. En espera de disponer de altar en San Cayetano, iglesia que el Arzobispado designó como nueva sede canónica, se firmó un acta para dejar las imágenes en depósito en el Convento.

El 27 de octubre de 1899 se recoge en acta que, una vez acondicionada una capilla en San Cayetano (la actual de San José junto a la sacristía), se visite al Arzobispo y recaben de su autoridad permiso para trasladar la imagen de San Joaquín que se encontraba en el altar mayor de las MM. Capuchinas. Se envió un informe al Arzobispo en el que le “suplican se digne conceder su superior permiso para que las Religiosas entreguen y los cofrades trasladen al menos la efigie de su titular San Joaquín, quedándose el retablo y las dos imágenes restantes mientras que la cofradía no haga uso de ellas mayor necesidad”

En la última junta del siglo XIX celebrada el 5 de diciembre de 1899 figura que el Arzobispado ha tenido a bien devolver a San Joaquín a sus legítimos propietarios. La imagen se encuentra deteriorada y se encarga su restauración.

Volverá a tener protagonismo esta imagen cuando el 6 de abril de 1905, el director eclesiástico don Joaquín González Marco proponga “renovar en cuanto fuera posible la imagen de San Joaquín sustituyéndola por otra escultura mejor y más notable que diera honor a la Asociación y más gloria y encendido fervor hacia su titular, mayor brillantez a su culto y a sus fiestas y con todo ello el ingreso de nuevos hermanos y fomento y prosperidad de esta Hermandad.”

Se le encargará al escultor Francisco de Borja una nueva imagen, de la que ya hablaremos, y la del siglo XVI pasará a ser custodiada en el domicilio particular del presidente, don Antonio Gómez Arroyo. Que listo.

Será en 1972 cuando don Luis Gómez Laguna devuelva al lugar de donde nunca debió salir nuestra escultura protagonista del día de hoy, dotándole de un nuevo altar y espacio en San Cayetano, tal y como hoy lo conocemos. Como recogen las crónicas del suceso, Gómez Laguna se mostraba satisfecho de esto a la par que triste porque se iba de casa el compañero de juegos de su infancia.



viernes, 16 de septiembre de 2022

ITINERARIUM I: El Lumen Domus (1639)

 


La pieza más antigua que figura en la exposición Itinerarium es la escultura de San Joaquín, de la que ya hablaremos en la siguiente entrada de este recorrido virtual. Pero para enmarcar tanto a esta imagen como el origen de la Hermandad de San Joaquín hace 500 años hay que hacer referencia  al documento Historia de la Fundación y sucesos más nobles del Convento de Predicadores de Zaragoza (…) escribió el Lumen Domus el Mº Fr. Raimundo Saenz año 1639.



Tradicionalmente, la Hermandad ha contextualizado su origen en otro libro del que también hablaremos, el que escribiera en 1712 el Padre Fray Juan Bautista de Murcia, donde se relataba lo acontecido en 1522 cuando los habitantes de la calle Cedacería, acudieron a la oración haciendo voto de dedicar al Glorioso San Joaquín una capilla en acción de gracias si el Señor, por sus méritos, les libraba de la peste, que por sus pecados afligía a la ciudad de Zaragoza el año 1522.

A raíz de la preparación del V Centenario, queda claro que la fuente en la que se documentó Fray Juan Bautista de Murcia fue este Lumen Domus del año 1639, donde se nos cuenta en una exquisita caligrafía que “en el año 1522 castigando la majestad de Dios los  pecados de ésta ciudad con peste por la que se enfermaron muchas personas de ella, muchos de los mercaderes, drogueros y otros habitantes (…) los habitantes de la calle Cedacería viéndose en tamaño peligro y por su trato impedidos de irse a otras partes (…) dieron en un saludable consejo que fue aplacar la ira de Dios y tomo para esto la intervención de los santos y amigos de su acertadísimo medio (…).  Tomaron por su patrón y abnegado al glorioso patriarca San Joaquín pareciéndoles con su intersección tendrían propicios a la Virgen, su hija y a Cristo Sr. Nuestro, su nieto. (…) Para obligarle más se presentaron e hicieron voto que siendo Dios permiso de librarles de peste le edificarían capilla y celebrarían, de allí en adelante su fiesta en hacimiento de gracias. (…)

Se cree con extraño milagro, que ninguno de los que tal voto hicieron fue herido de peste; antes bien estando entre los nuestros y castigados de éste mal, en medio de tamaño peligro, animados con merced que Dios les hacía pudieron comunicar, cuidar y favorecer a los enfermos sin lesión ni daño alguno. (…) En agradecimiento a esta merced pidieron al Convento, se les concediese en su iglesia lugar para edificar capilla al santo donde cumpliendo con su obligación y devoción celebrando y festejando su fiesta sea el 9 de Julio.

Este Lumen Domus se ve aumentado en 1713 por el Padre José Lamana, quien nos describe la capilla, el retablo y los pormenores de las grandes fiestas que se celebraban



(…) Condescendió el Convento a tan piadosa petición y asignoles todo el espacio que hay entre la capilla mayor y la capilla de nuestro padre Santo Domingo y entre ambas capillas asentaron el retablo (…). En medio está la imagen del santo con la Virgen en los brazos. Al lado derecho el glorioso San Josef y al izquierdo Santa Ana; en lo alto un crucifijo y abajo, en medio del altar la descensión de la Cruz y a los lados los cuatro evangelistas. Todo esto en cultos dorados como también Io está la armadura y columnas del retablo.

Al pie del altar hay doce sepulturas para los cofrades.

 (…) La fiesta del santo celebran con grandísima solemnidad. Guardan la fiesta desde la víspera en la cual ponen luminarias e ingenios de fuego en la Cedacería. Vienen  con trompetas y atabales y unos andadores con largas verdes y gorras de terciopelo. Delante traen música.

Ei día del santo, a la tarde, suelen colgar gansos para los descabezar corriendo a caballo. Corren toros, estos ensogados. Asi celebran la fiesta siendo de las más regocijadas que hay en la ciudad.

(…) Desde que se hizo la iglesia nueva tienen retablo sencillo y magnifico en la capilla que antes era de las once mil vírgenes.

En la exposición, este libro que está cedido por el Archivo Diocesano, se muestra abierto por la página donde cuenta la historia de la Hermandad. Una pena no poder contemplar sus tapa, de exquisita factura.


Panel explicativo en las antiguas cillas y reflectorio de los restos que se conservan del Convento de Santo Domingo.








jueves, 15 de septiembre de 2022

CARTAS COFRADES: la Fe de los Mercaderes

 No es periodo para las Cartas Cofrades de este blog, pero la ocasión y el vínculo, cual cordón umbilical que nos une a la Hermandad, nos obliga y la merece.

Pocas instituciones zaragozanas, muy pocas pueden presumir de una historia varias veces centenaria. Sin duda una de ellas es la Hermandad de San Joaquín, que a lo largo de todo el 2022 ha estado dispuesta a celebrar como merece su V centenario. El culmen llega hoy con la inauguración de una magna exposición sobre su historia, la de sus cofrades y su patrimonio. Una exposición que aúna todos los deseos que justifican el jubileo. Una conmemoración para celebrar con Zaragoza, pues ciudad y hermandad se encuentran unidas en su devenir histórico. Para celebrar con la sociedad en general, y comerciantes e industriales en particular, protagonistas en su origen y a lo largo de los siglos. Y por supuesto, con las cofradías de Semana Santa, de cuya familia forma parte en los últimos 80 años, configurando junto a ellas sus actuales señas de identidad y la mayor parte de su actividad.

La exposición, que lleva por título ITINERARIVM, La historia de un sueño, la Fe de los Mercaderes. tiene lugar en el Centro de Exposiciones y Congresos Patio de la Infanta de Ibercaja de Zaragoza, desde el 15 de septiembre al 23 de octubre, de lunes a sábados de 9 a 14 horas y de 17 a 20 horas y domingos y festivos de 11 a 14 horas. El comisario de la misma es Don Domingo Buesa Conde, Doctor en Historia y Presidente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, y con el han participado un significativo grupo de cofrades.

Esculturas, imágenes, retablos, ornamentos litúrgicos, personalidades, adornos, documentos…El contenido es variado y diverso, reflejo de esos 500 años de vida. Tan rico que incluso los propios cofrades de esta Hermandad verán por primera vez algunas piezas jamás expuestas o desconocidas para la mayoría.

Desde este blog haremos a lo largo de estas semanas nuestra propia exposición virtual para ir desentrañando el contenido de esta y acercarlo a aquellas personas interesadas pero que no puedan asistir a la misma.



                     

miércoles, 14 de septiembre de 2022

MEXICRÁNEOS

 






Como ni somos muy viajados ni muy ilustrados, ni tampoco hemos mostrado mucho entusiasmo por la obra de Frida Kahlo nuestro único acercamiento al Día de los Muertos de México es por la película “Coco”. Al menos gracias a Disney hemos podido identificar la estética con la que se adorna estos días el paseo Independencia.

La exposición llega a Zaragoza de la mano del festival Vive Latino para mostrar la versión actualizada de los rituales prehistóricos, que consistían en adornar cráneos para enseñarlos para los rituales funerarios, haciendo de las calaveras un símbolo espiritual.

19 grandes figuras de cráneos, creadas por artistas mexicanos para mostrar la tradición y el folclore mejicano, una pequeña muestra de la colección Mexicráneos, la exposición de arte urbano más grande de México. Con dos meses de antelación, nos ambientamos en la tradición del Día de Muertos.

Y de paso nos hacemos una foto con la novia cadáver.