La Plaza San Felipe en Zaragoza
se viste de luces y reflejos que emulan auroras boreales, y el escaparate de
Casa Montal brilla como un adorno navideño más. Las luces cálidas se reflejan
sobre botellas de vino, frascos de conservas y cajas de embutidos, como un
regalo esperando ser elegido.
Dentro, la tienda se transforma
en un festín para la vista. Mostradores repletos de quesos, embutidos curados,
latas de anchoas selectas y espárragos delicadamente envasados; chocolates
finos y mermeladas caseras que en sus frascos parecen pequeñas joyas. Y, por supuesto, estanterías
colmadas de vinos, cavas y licores que destilan la promesa de brindis y
celebraciones.

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