En el sureste de Portugal, muy cerca de la frontera con
España, se encuentra Elvas, un bastión histórico, durante mucho tiempo una
ciudad estratégica para la defensa del país, especialmente durante los
conflictos con España. Por ello, se construyó uno de los sistemas de
fortificaciones abaluartadas más impresionantes de Europa. Su estructura
militar es tan destacada que en 2012 fue declarada Patrimonio Mundial de la
Humanidad por la UNESCO.
Pero no es solo murallas. Elvas también se descubre paseando: sus calles empedradas, las casas encaladas con detalles amarillos y azules, y sus pequeños cafés crean una atmósfera acogedora.
Uno de los símbolos más reconocibles de Elvas es el
Acueducto de Amoreira, una obra monumental del siglo XVI que abastecía de agua
a la ciudad. También tiene un castillo medieval que ofrece una perspectiva
privilegiada sobre la ciudad y sus fortificaciones. Muy cerca, la Plaza de la
República, con sus soportales y la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción,
constituye el corazón social y cultural de Elvas.
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