domingo, 12 de octubre de 2025

ESTAMPAS BATURRAS: Hasta el moño





Hay cosas que no necesitan palabras para hablar de una tierra. Un moño bien hecho, un broche antiguo, son un lenguaje silencioso que habla de raíces, de respeto y de belleza.

Entre las flores y los cantos, los moños de las baturras relucen discretos, los valencianos con riqueza, reflejando la luz de una tradición que no envejece. Cada uno distinto, pero todos unidos por sentimientos de respeto y alegría que envuelven a Zaragoza en los días grandes de fiesta.

Otras manos recogerán el cabello frente al espejo. Lo trenzan, lo enrollan, lo sujetan con horquillas invisibles. Cada gesto parece heredado, aprendido mirando a madres y abuelas que, año tras año, repiten el mismo ritual antes de la ofrenda. No necesita destacar, porque su elegancia está en la precisión, en la armonía, en la manera en que guarda el cabello y la historia al mismo tiempo, un lazo invisible que une generaciones con quien te lo hace.


 

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