domingo, 5 de octubre de 2025

POSTAIS DE LISBOA: Un paseo por el Tajo











































Desde el embarcadero de Belém, donde se respira historia y mar, parten barcos remontando el Tajo, que permiten contemplar la ciudad desde otra perspectiva. Es fácil olvidar que navegamos por un rio y no el mar. El mismo rio que nace en Teruel, en la Sierra de Albarracín, que después de recorrer 1007 km, llega al océano Atlántico en la ciudad de Lisboa formando un tremendo estuario.

Mientras el barco avanza, aparecen algunos de los grandes símbolos lisboetas: la Torre de Belém, elegante y vigilante sobre la orilla; el monumento a los Descubridores, el Monasterio de los Jerónimos al fondo; y, más adelante, el majestuoso Puente 25 de Abril, que con su estructura roja recuerda al Golden Gate de San Francisco. Al otro lado del río, el Cristo Rey abre los brazos hacia la ciudad, como si la abrazara.

Antes de llegar al centro histórico, el barco pasa junto a la zona portuaria, donde se pueden ver enormes buques de carga y grúas descargando contenedores. Es un contraste interesante: junto a la Lisboa monumental y turística, aparece su faceta más industrial y viva, la de una ciudad abierta al mundo por mar desde hace siglos.

Después de pasar bajo el puente, Lisboa se va desplegando poco a poco frente al viajero: barrios antiguos, colinas, tejados rojizos… hasta que aparece la Praça do Comércio, una de las plazas más hermosas de Europa, abierta directamente al río. Llegar a ella por agua tiene algo especial: la ciudad parece recibirte como lo hacía antaño con los barcos que llegaban de ultramar.

Es un paseo tranquilo y luminoso, perfecto para disfrutar de Lisboa desde una perspectiva distinta, con la brisa del Atlántico, el reflejo dorado de la ciudad sobre el Tajo y la actividad portuaria que recuerda su carácter marítimo.


 

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