San Miguel es uno de los tres
arcángeles junto a Gabriel y Rafael. Ángel de alto rango, un “jefe de ángeles”,
con gran autoridad y poder, que sirve como mensajero de Dios para misiones de
suma importancia.
Su nombre significa “¿Quién como
Dios?”, un grito de combate contra la soberbia y el mal.
Jefe de las milicias celestiales,
vencedor de Lucifer y de los ángeles rebeldes. Defensor de la Iglesia y de los
fieles frente al Maligno. Guardián de las almas en el juicio final.
Su iconografía suele mostrarlo
como un joven guerrero alado, con espada o lanza, venciendo al dragón/diablo
bajo sus pies.
En Aragón, y especialmente en
Zaragoza, San Miguel ha sido muy venerado desde la Edad Media, como intercesor
en tiempos de guerra o crisis. Y En la zaragozana iglesia de San Miguel de los
Navarros hay representaciones de San Miguel de todas las épocas.
En la portada de la iglesia hay
una escultura barroca de San Miguel venciendo al demonio. Está situada en una
hornacina en el remate de la portada. San Miguel aparece con armadura, espada
desenfundada, en postura de ataque, y el demonio humillado bajo él.
El retablo mayor, obra de Damián
Forment (siglo XVI), está presidido por una imagen de San Miguel Arcángel en
actitud triunfante, con su espada levantada y el demonio a sus pies.
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