La ría desemboca en la playa de
El Sable, la gran playa de Isla, continuidad con marea baja de la playa del Ris.
Allí, el agua dulce de la ría se mezcla con el mar Cantábrico, creando un
entorno ideal para pasear o darse un baño cuando la marea lo permite.
Y es que las mareas ofrecen un
enorme contraste. Con la pleamar, la ría parece un espejo en el que se reflejan
las barcas de pesca y las casas de la ribera. En bajamar, el paisaje se
transforma por completo y deja al descubierto extensas áreas de arena y fango,
donde se pueden observar garzas, gaviotas y cormoranes.
Puedes recorrer la ría a pie por
los senderos que bordean sus orillas y llegar a las marismas de Joyel. O subir
al Cabo Quejo para disfrutar de unas vistas impresionantes del Cantábrico y de
acantilados espectaculares.
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