Con todo lo que ofrece el Jueves Santo, para muchos zaragozanos, el Viernes Santo es el día de la procesión; la de "los tambores" por la mañana" para algunos, la del Santo Entierro para otros. Es un buen día para "bajar a Zaragoza", o para venir a conocerla si eres de fuera, porque te llevarás la esencia de nuestra Semana Santa. Y con todas la iglesias abiertas, como procede en un Viernes Santo, día de oración y recogimiento por la muerte de Cristo. Si no eres de estos, al menos disfrutas del arte.
Los "monumentos" ya no son lo que eran tras el Concilio Vaticano II, pero la costumbre de visitarlos no se pierde como gesto de acompañamiento y adoración a Jesús en su Pasión. Y así te encuentras personas velando y orando, entre el trajín de gente que sigue entrando a las iglesias con el máximo respeto. Y si solo entras por curiosidad o porque eres turista, un buen día para hacerlo, todas abiertas, incluso la Seo, y sin horarios. A magníficos templos como San Gil, San Carlos, la Magdalena, el monasterio del Santo Sepulcro y por supuesto la Seo o el Pilar, puedes unir las iglesias con presencia de cofradías como la de la Coronación en el barrio Oliver, San Lamberto en Miralbueno, Santa Gema en Casablanca, Santa Engracia, San Miguel, San Juan de los Panetes, El Carmen, el Portillo, Altabás... Y a estas, las iglesias con cofrades alrededor de sus pasos: el Perpetuo Socorro, Santiago, Santo Tomás, San Pablo, San Felipe, San Nicolás, el convento de Santa Mónica... para terminar en San Cayetano, hoy más que ningún otro día, el meollo cofrade de lo que celebramos.
Ochenta y seis veces siete; nos toca abrir un nuevo libro que nos contará entre muchas otras cosas que las Siete Palabras inició su procesión a las 12 horas desde la iglesia de Santa Isabel de Portugal (vulgo San Cayetano), en una mañana soleada, un día primaveral típico de Zaragoza, con algo de nubosidad y sin lluvias, una humedad relativa del 47% y una temperatura agradable en torno a los 15ºC.. Nada que ver con la de 2024, que ante la amenaza de lluvia intensa se optó por un corto recorrido alternativo y la predicación de la III, IV, V y VI Palabra en la plaza del Pilar. Y con público, mucho público a lo largo del recorrido. Y cofrades, muchos cofrades, pasando con creces los 600, de los cuales muchos más de la mitad eran instrumentos. Por eso, y por las ochenta y seis veces siete, seguirá siendo para muchas generaciones la cofradía de los tambores.
Pero pesar de la magnífica mañana, ideal para el desarrollo de una procesión, la pregunta insistente del Viernes Santo era si habrá Santo Entierro. "024 nods dejó sin procesión y las previsiones no eran las mejores; y lo que aún es peor, eran inciertas, de las que hacen dudar y hacen barajar a las cofradías diferentes opciones. Y la duda tardó en despejarse por parte de la Sangre de Cristo, y se hizo a menos de una hora de su inicio. A partir de aquí cada cofradía comienza a decidir como y con que acude a la procesión. Incertidumbre.
Y comienzan a llegar noticias. La Humildad toma la decisión de participar sin la imagen de Jesús de la Humildad y sin instrumentos y la Verónica también anuncia que dejará el paso titular en San Cayetano. Se corre la voz de que el Ecce Homo se lo piensa.. Se inicia la procesión.
El cortejo en su inicio es normal; las primeras cofradías saben que según las previsiones de lluvia, y si no cambian por las condiciones, van a poder recorrer el itinerario sin problemas. Los personajes del Antiguo Testamento, los símbolos alegóricos, la Virgen de la Esperanza de la Resurrección, la Entrada, la Eucaristía...., que gran alegría verla participando con el Cristo del Amor Fraterno en andas, andas que nos apuntan son cedidas por la Pro-Hermandad del Santísimo Cristo del Amor y Buen Fin y de María Santísima de la Esperanza. El misterio tan importante que representa no puede faltar como ha pasado otros años.
Aparece la Oración en el Huerto con sus tres pasos y tras ellos el Prendimiento, que optan por hacerlo solo con el paso titular, decisión de lo más acertada dadas las circunstancias. Y tras ellos viene la Humildad con las primeras ausencias de la tarde, como hemos nombrado anteriormente. Tras la Humildad, por el contrario, la Columna con todo, o sea, muchos y con mucho. Con la Coronación comienzan a aparecer los primeros plásticos cubriendo sus dos pasos, y tras ellos el Ecce Homo que sí hace acto de presencia y sin cubrir. Como el Nazareno, como los pasos de la Humillación, como los dos de Jesús camino del Calvario. Aquí es donde deja su hueco el paso de Jesús abrazado a la Cruz y de la Verónica, que si salé con sus tambores.
La tarde avanza; las previsiones de lluvia se acercan a su hora. Sale la cofradía de la Llegada al Calvario con todo y tras ellos el paso del Despojado protegido por plásticos. Exaltación, Siete Palabras... pero no los pasos del Silencio, que tras estar toda la tarde en la calle Buen Pastor esperando su incorporación, deciden retornar a San Pablo.
Crucifixión, Descendimiento, Piedad con total normalidad. Aparece el paso de la Dolorosa de la Congregación de Esclavas cubierta con impermeable y tras ella la Dolorosa también con normalidad. Sale el Cristo de la Cama con todos los elementos del cortejo fúnebre, la guardia romana, los Ministriles y la representación de las autoridades de la ciudad.
Toda la procesión en la calle, con alguna ausencia pero con una gran participación y representación de lo que es el Santo Entierro. La lluvia aparece a lo largo del recorrido allá las diez de la noche, nitidamente al principio, intensa en algún breve momento, que obliga a cubrir guiones y algunas imágenes con plásticos y acelerar el ritmo. Ritmo acelerado, en exceso en algunos tramos, que coinciden con los más fríos como son la calle Albareda, Casa Jiménez y Paseo Independencia, que provocan dejar "descolgado" al Cristo de la Cama y a su séquito. No merece la pena correr en el Santo Entierro, cuando más adelante se termina parando y esperando.
La procesión se ha salvado gracias a que ha terminado antes que nunca, y eso que las cofradías han podido despedir a sus imágenes con sus toques finales. Un cuarto de hora más tarde una lluvia torrencial hubiera provocado lo temido durante todo el día, y que ocasiona la suspensión de la procesión de la Soledad.
Es la tercera vez que la procesión de la Soledad se suspende, como ocurrió en 1990 y en 2009. Decía Heráclito que no entras dos veces en el mismo río. Algo parecido pasa con esta procesión, que el año pasado cumplió 40 años y si solo se ha suspendido tres veces, los cambios de itinerario han sido frecuentes, desde lo primeros que recorría los porches del mercado para dirigirse a San Felipe por la calle Torrenueva, a las tres imágenes y tres pasos distintos utilizados para la procesión.
Nos queda la espera de la Pascua; con toda la incertidumbre de la semana, al menos nos quedamos con que ha sido la única suspensión.
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