Tras los tristes acontecimientos vividos en Valencia, las autoridades se curan en salud ante el atisbo de bruscos cambios climatológicos. Durante toda la mañana fueron continuos los avisos de alerta ante intensas lluvias, acompañadas de granizo y fuertes rachas de viento; avisos que iban creciendo en intensidad elevando el color del nivel de alerta de los planes de emergencia entre las 14 y las 22 horas.
Los temores y las dudas fluyen durante horas entre los cofrades de las siete procesiones del Lunes Santo hasta que el parte de las 19 horas alivia a aquellos que tienen que tomar las decisiones: “A partir de las 20 horas, cielo semi cubierto con tendencia a nubes ligeras de paso con una probabilidad de lluvia de un 10% y Vientos entre 15 y 18km/h”.
¡Adelante con los faroles!.
Dejemos ya en el recuerdo un Lunes Santo como el del año pasado, aunque estos nunca se
olvidan, y pasemos a lo vivido en este de 2025 lleno de instantes para recordar.
La Dolorosa conjuga este verbo en
el nombre de su procesión. Persevera buscando la fórmula de su disposición, pues
en las cuatro ediciones celebradas ha mostrado diferentes esquemas y
recorridos. En 2022 se fue desde el Colegio de la Compañía de María solo hasta
el Hospital Provincial, en cuya puerta asomaba la peana de la Divina Gracia y acababa la procesión. En 2023 ahí se sumaba
la nueva peana para continuar el desfile hasta San Cayetano. Como en 2024 se
suspendió por la lluvia, se hizo un traslado el Martes Santo desde la iglesia del Hospital
hasta San Cayetano. Y así llegamos a este 2025, año en el que la comitiva sale
del Hospital dirigiéndose al colegio Compañía de María, allí se realiza el acto
del Recuerdo con la salida de las cruces in memoriam y encaminarse hacia San
Cayetano.
¿Recuerdos de la procesión del
Recuerdo? Una noche inmejorable con una primera parte del recorrido de aceras
abarrotadas. Hacía años que no se cantaba una jota en procesiones de la
Dolorosa; tantos que ni recuerdo ni tengo apuntado. Las voces de Nacho del Rio
y de Beatriz Bernal, en la puerta del Hotel Palafox, cualquier cofradía las
hubiera querido para sí; aunque tratándose de la Dolorosa, se objetaría hasta a
la Caballé (solo cuestiones de agenda imposibilitaron en el pasado su
presencia).
Esta fue una de las novedades del
Lunes Santo, pero no la única. Lo que la lluvia del 2024 nos privó, este 2025
nos lo ha dado, convirtiéndose en una de las estampas no solo de la noche, sino
de esta Semana Santa: ver al Cristo de la Exaltación erguido sobre la peana
insignia de la cofradía llegar desde Santa Gema hasta la Real Maestranza. El
único ejemplo de Cristo castellano de nuestra ciudad, portado al estilo
zamorano.
Gran procesión la de las Tres Caídas
de Jesús Camino del Calvario. Enorme participación, especialmente por el
elevado número de instrumentos. Se tuvo que modificar el itinerario a causa de
las obras junto a la iglesia de Santiago, no pudiendo celebrar el emotivo y
sonoro encuentro con la cofradía del Señor atado a la Columna tan arraigado y
cita ineludible en la noche del Lunes Santo que desde 2008 solo se había
suspendido en 2013 y 2024. Callejearon por las calles de la parroquia de Santa
Engracia, recurriendo al final del trayecto a las aceras del paseo Independencia.
Como me pasa con el Santo Entierro, me cuesta ver una procesión por aceras, aunque
entiendo que siendo un corto tramo tienen a favor embocar en la plaza de Santa
Engracia ofreciendo una perspectiva visual de la fachada de la iglesia de lo
más atrayente para el cofrade al final de la procesión. Una vez recorrida la
plaza, con los cofrades alrededor de sus pasos, la mayor parte de la plaza
queda vacía y las vallas dejan demasiado lejos al público congregado.
Y de novedades a conmemoraciones
con los 25 años del Cristo de las Siete Palabras o de “la peana”, como se le
llama popularmente en la cofradía. Que las inmediaciones de la iglesia de San
Gil estuvieran abarrotadas de público no es noticia, aunque la expectación fue
máxima para la ocasión cuando la salida de la peana, a la que previamente se le
había colocado una imagen de la Virgen del Pilar, fue recibida con los acordes
del órgano de la iglesia. La expectación no era solo en las aceras, también
entre las filas verdes y blancas con cientos y cientos de participantes
originándose una altísima participación al son de sus tambores y de su piquete
que también estaba de aniversario.
También alta la participación en la
gran comitiva de la Esclavitud de Jesús Nazareno en su discurrir a San Cayetano.
Con cambio de itinerario, pues dejaron de lado el paso por las calles de la Seo, que si recorrieron las Siete Palabras, para acceder a la calle Alfonso por San Jorge y Méndez Nuñez. Acompañaba por la
alcaldesa de la ciudad a sus tres pasos, entre jotas, tambores y ese distinguido
piquete de cornetas de sonidos propios y siempre diferentes al resto.
El pleno de procesiones se
completó en las calles de Miralbueno y Valdefierro con las cofradías de las
Negaciones y la Llegada de Jesús al Calvario.
Su presencia en sus barrios o en
el de Miralbueno hay que valorarlo más allá de las procesiones en si. Asegura
la participación en las festividades religiosas y también promueven un sentido
de pertenencia compartida. Su dedicación catequista enriquece el tapiz cultural
y tradicional de nuestra ciudad. Las procesiones en barrios alejados son
ocasiones para unir corazones y mentes, creando recuerdos que perduran mucho
después de que el último redoble deje de oírse.
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