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sábado, 16 de noviembre de 2024

VIAJES POR ESPAÑA: Teatro Romano de Mérida


El Teatro Romano de Mérida es uno de los monumentos más emblemáticos de la antigua Emérita Augusta y uno de los teatros romanos mejor conservados del mundo. Construido por orden del cónsul Marco Agripa hacia el año 16-15 a.C., este teatro ha sido testigo del esplendor de la cultura romana y es una visita imprescindible para quienes desean conectarse con la historia antigua.

En la época del emperador Trajano se levantó la actual fachada o frente de escena, que cuenta con tres vanos por donde acceden los actores al escenario. Más adelante, entre los años 330 y 340, bajo el gobierno del emperador Constantino, se introdujeron nuevos elementos arquitectónicos-decorativos, así como una calzada de cemento. Llegó a tener un aforo de seis mil espectadores.

Cierta decadencia le sobrevino con los años de desarrollo del cristianismo, que consideraba el teatro como algo inmoral. Durante la Edad Media, el teatro quedó abandonado y sepultado por sedimentos, lo que lo mantuvo protegido durante siglos. En 1910 comenzaron las excavaciones, y su restauración permitió devolverle su esplendor

El Conjunto Arqueológico de Mérida, en el que se ubica el Teatro Romano y que es uno de los principales y más variados conjuntos arqueológicos de España, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993. El teatro se encuentra en una situación periférica dentro de la ciudad romana, junto a la muralla, y con gran parte de su graderío apoyado en el cerro de San Albín.

 




sábado, 19 de noviembre de 2011

Una noche en la ópera.

No. No voy a hablar de la película de los Marx (y ahora me doy cuenta que no se si es correcto usar este apellido en jornada de reflexión). La verdad es que no se de que voy a hablar porque comienzo a teclear y las ideas se me “apelotonan”, como se puede comprobar en la primera línea.

Decir que el jueves estuve en el Principal disfrutando de “La Flauta Mágica”, suena muy snob. El otro día Nacho Celaya en el facebook ponía letra a una música que me ronda en la cabeza y que yo no sabría cantar mejor. “A veces me inunda la idea de que esto tiene un componente de ego importante, así como de vanidad encubierta”. El caso es que me relaja escribir en mi blog, aun con el riesgo de parecer estar cultivando ese ego vanidosamente.



Volviendo a la noche en la ópera. El Principal estaba totalmente ocupado, incluso en aquellas localidades que valen 6 euros y en las que solo ves medio escenario. También fue agradable poder saludar a diversos conocidos y conocidas que por el vestíbulo y las escleraas nos íbamos encontrando camino del “gallinero”. No soy un entendido en ópera. Pero como no se tocar ningún instrumento, ni se cantar, ni actuar, la ópera me parece un espectáculo sublime. En este caso con más de 70 artistas entre el escenario y el foso, más todos los que no se ven en escena. Lo curiosos es que al día siguiente ni una nota sobre la actuación en ningún medio de comunicación. Lo mismo pasó hace una semana con la representación de Turandont. Luego cualquier “pedorro” haciendo “pedorretas” es noticia.

Y el caso es que a la semana que viene volvemos a tener otra ópera. Aida en el Palacio de Congresos de la Expo. Y en junio, en la Sala Mozart, hubo tres sesiones de una “Flauta Mágica” totalmente gestada en Zaragoza, que también colgó el cartel de no hay billetes. Queda demostrado que público hay. Lo que no hay es espacio. Ni el Principal ni la Mozart (por muy Amadeus que se llame) reúnen las condiciones para grandes eventos, sean clásicos o modernos musicales. Y el resultado del Palacio de Congresos, que si tiene una escena en condiciones está por ver.

Las promesas del Gran Teatro de la Ópera se evaporan como el humo, dejando los restos del Fleta por obra y gracia de Eva Almunia y Callizo , y de los proyectos de la SGAE en los terrenos del Portillo mejor olvidarse (no nos vayan a cobrar por solamente pensar en su idea).

Termino volviendo al ego y a la vanidad (como si fuera un gran divo del bel canto). Esta afición que tengo a meter entradas en un blog (y ya no tanto en facebook), que pensaba que no leía nadie y que solo lo hacía para mi, dio un vuelco en mi percepción el día que escribió, sobre uno de mis post, un comentario y me dio las gracias Juan Carlos Valls, el tenor que representó Tosca en abril con la compañía Opera 2001. http://jorge-entrecomillas.blogspot.com/2011/04/cronicas-romanas-preambulo-tosca-y-el.html


lunes, 21 de septiembre de 2009

La Cena de Els Joglars


El viernes en el Teatro Principal ví la última de Els Joglars. La Cena. Me gustó. Es una crítica a la sociedad actual y a su vocación puritana en la que todos expresan su enorme bondad y solidaridad con el Tercer Mundo o el cambio climático, cuando la realidad es muy distinta.
Satiriza sobre cómo los políticos sólo hacen movimientos de escaparate y nunca tocan el fondo de la cuestión y sobre cómo el cambio climático se ha convertido en un asunto de fe.
La acción se inicia a través de la preparación de una cumbre internacional sobre cuestiones climáticas celebrada en un Parador Nacional, y en la que el Gobierno español se responsabiliza de la cena de clausura.
En dicho ágape -en el que aparecen personajes como una Ministra de Medio Ambiente, que guarda similitudes con la actual, se pretende deslumbrar a los mandatarios extranjeros ofreciendo un menú encomendado a un genio gastronómico, como demostración de alta cocina vanguardista respetuosa con la ecología y el medioambiente.
A través de este argumento se van introduciendo críticas a la impostura y la frivolidad con que las administraciones políticas tratan las cuestiones que tienen que ver con la naturaleza y el medioambiente; al fomento de los temas ecológicos y del cambio climático, promovidos en versión catastrofista, creando una nueva moda que inspira su tratamiento como forma contemporánea de religión; y a la disposición de la gente a seguir cualquier personaje como Al Gore que, según Boadella, "va por el mundo con su show y con mucho morro".
Cuando el director de la obra la presentó en rueda de prensa reveló que en la representación también aparecerán alusiones al reciente problema del agua y acusaciones de "irresponsabilidad" a los políticos y ciudadanos por haber convertido en una "religión" la preocupación por el cambio climático.
Boadella ejemplifica estas actitudes y el "negociazo" que rodea a las cuestiones medioambientales, recordando que actualmente "hay más de 400 instituciones dedicadas a que no se extinga el lince ibérico y, a pesar de ello, el lince se muere", por lo que planteó si no habría que reflexionar sobre si "a lo mejor, hay que dejar morir a este animal".
A su juicio, "el disparate de halla en el constante estímulo de una política de consumo compulsivo y al mismo tiempo los simulacros de lucha por un mundo sin contaminación".