A escasos minutos de Frías se
encuentra uno de los rincones más sorprendentes y encantadores de Las
Merindades: Tobera. Un pequeño pueblo escondido entre montañas donde el agua
fluye por todas partes, y la naturaleza y la historia se dan la mano.
El paseo junto al arroyo es breve
y salta entre rocas, formando una sucesión de cascadas y pozas que recorren el
corazón del pueblo. Puentes de piedra, pasarelas de madera y sencillas casas completan
este cuadro de cuento. pero intenso, como una joya guardada con mimo.
El alma de Tobera la componen sus
dos ermitas: la de Santa María de la Hoz y la del Cristo de los Remedios,
enclavadas una junto a la otra, al pie del desfiladero. El conjunto es
armonioso, fundiéndose la roca y el paisaje, las ermitas y el arroyo.
El paseo por Tobera es corto pero
intenso. Al final, uno siente que ha estado en un lugar secreto, especial, de
esos que no se olvidan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario