"Viacrucis en Jesús y Maestro. Como se haría si saliéramos de procesión". De todas las convocatorias cofrades que circulaban por redes y folletos para este Martes Santo, esa frase para la Crucifixión era la mejor. Tal vez la más atrayente. La iglesia de Jesús y Maestro es pequeña, pero aún con aforo limitado, los participantes en las procesiones de la Crucifixiones caben, y las nuevas instalaciones de la parroquia del barrio Jesús lo permiten. Ventajas de ser de la Venerable Orden Tercera.
El resto de convocatorias giraban alrededor de diversas formulas presenciales, algunos con pases de hora, de directos o diferidos por canales telemáticos. La presencia de los cofrades quedaba indefinida o limitada, en la tarde en que, en este ir y venir de iglesia en iglesia, se incorpora el culto al Cristo del Refugio tras un acto conmemorativo en recuerdo de la entrega del Cristo a la Piedad como cada tarde de Martes Santo. Y pocas cosas más podemos contar.
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