domingo, 31 de agosto de 2025

POSTALES DESDE EL VERANO 2025: Las marismas de Joyel
























Las Marismas de Joyel, situadas en el corazón de Noja, forman parte de uno de los ecosistemas más valiosos del norte de España: el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. Este espacio protegido es un verdadero santuario para la biodiversidad, donde conviven las aguas saladas del mar con los aportes de agua dulce, creando un hábitat único que sorprende en cada visita.

Caminar por sus senderos es descubrir un paisaje que cambia con la marea. Cuando el mar sube, la marisma se inunda y cobra vida con peces, moluscos y crustáceos; cuando baja, las aves aprovechan el fango para alimentarse, ofreciendo un espectáculo natural de gran belleza.

Además de su riqueza natural, las marismas guardan huellas de la historia humana. El Molino de Santa Olaja, de origen medieval, es un ejemplo fascinante de cómo las mareas fueron utilizadas como fuente de energía siglos atrás. Hoy, restaurado y visitable, se ha convertido en un icono cultural que complementa la experiencia natural.

Las rutas que recorren la marisma, como la que une la Playa de Ris con Isla o el Camino al Molino, permiten disfrutar de este entorno sin prisas, a pie o en bicicleta, mientras se descubren miradores, pasarelas y rincones llenos de calma. Noja ha sabido conservar este tesoro, combinando turismo y respeto al medio ambiente, algo reconocido con distinciones como el Sendero Azul 2025.

 


 

sábado, 30 de agosto de 2025

POSTALES DESDE EL VERANO 2025: Laredo








































Hablar de Laredo es hablar de uno de los destinos de playa más conocidos de la costa cántabra. Salvando las distancias es como un Benidorm o un Salou pero en el Cantábrico. Salvando mucho las distancias, pues a pesar de los desmanes urbanísticos, se aprovecha de todos los atractivos que ofrece el norte de España. Su arenal de la Salvé, con más de cuatro kilómetros de longitud, es un imán para miles de turistas cada verano. El encanto marinero de su casco antiguo, con calles estrechas y empedradas, queda en ocasiones desdibujado entre el bullicio de visitantes que llegan atraídos por el sol y la playa.

Frente a la extensa playa, se eleva el Monte Buciero, que acoge el famoso Faro del Caballo, un emblema del litoral cántabro y un mirador privilegiado sobre el mar Cantábrico.

Más allá de la playa de la Salvé y del bullicio veraniego, Laredo guarda una historia fascinante ligada a la monarquía española. La villa fue uno de los puertos más importantes del Cantábrico durante la Edad Media y el Renacimiento, y ese protagonismo hizo que estuviera presente en momentos clave de la Corona.

Uno de los episodios más recordados es la partida de la emperatriz Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, que desembarcó en Laredo en 1526 para dirigirse a Sevilla y contraer matrimonio con el emperador. También en este puerto, en 1556, Carlos V eligió embarcarse rumbo a su retiro definitivo en el Monasterio de Yuste, en Cáceres. Esa escena histórica todavía hoy se recuerda como símbolo del esplendor pasado.

Al recorrer el casco viejo, la Puebla Vieja, uno puede sentir esa herencia. Iglesias como la de Santa María de la Asunción, con su imponente arquitectura gótica, o las casas solariegas con blasones, son testigos de aquellos tiempos de esplendor.