jueves, 15 de mayo de 2025

EL SANTO DEL DÍA: San Isidro labrador

San Isidro en la iglesia de San Vicente de Frías



Según la tradición católica, San Isidro vivió en el siglo XII en Madrid, donde trabajó como jornalero en campos cercanos a la ciudad. Se dice que tenía una profunda devoción religiosa y una vida de humildad y caridad. Así se nos cuenta que, mientras trabajaba en los campos, un ángel apareció para arar la tierra por él, permitiéndole rezar sin interrupción.

Por eso es el patrono de los agricultores y labradores, siendo uno de los santos más queridos en España y en muchas partes del mundo. En 1622 fue canonizado por el Papa Gregorio XV, junto a otros santos españoles como Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier. A partir de entonces, la devoción popular se institucionalizó y se fortaleció aún más.

Cada 15 de mayo, Madrid celebra la fiesta de San Isidro con una mezcla de religiosidad, folclore y fiesta popular: Romería en la pradera de San Isidro, procesión por las calles del casco antiguo y la bendición de los campos

La fiesta combina el espíritu religioso con lo castizo, lo popular, lo alegre y lo tradicional.

sábado, 3 de mayo de 2025

POR ESPAÑA: Tobera























A escasos minutos de Frías se encuentra uno de los rincones más sorprendentes y encantadores de Las Merindades: Tobera. Un pequeño pueblo escondido entre montañas donde el agua fluye por todas partes, y la naturaleza y la historia se dan la mano.

El paseo junto al arroyo es breve y salta entre rocas, formando una sucesión de cascadas y pozas que recorren el corazón del pueblo. Puentes de piedra, pasarelas de madera y sencillas casas completan este cuadro de cuento. pero intenso, como una joya guardada con mimo.

El alma de Tobera la componen sus dos ermitas: la de Santa María de la Hoz y la del Cristo de los Remedios, enclavadas una junto a la otra, al pie del desfiladero. El conjunto es armonioso, fundiéndose la roca y el paisaje, las ermitas y el arroyo.

El paseo por Tobera es corto pero intenso. Al final, uno siente que ha estado en un lugar secreto, especial, de esos que no se olvidan.


 

POR ESPAÑA: La iglesia de San Vicente de Frías
























La iglesia de Frías merece una mención especial en este periplo por las Merindades. Porque Frías no solo presume de castillo colgado, también guarda un tesoro menos conocido, pero igual de imponente: la iglesia de San Vicente Mártir, antiguo templo colegial que corona el casco histórico con su silueta sobria y poderosa que se alza como otro de los grandes símbolos del pueblo.

La iglesia de San Vicente Mártir, que fue colegiata y cuyo origen se remonta al siglo XIII, la iglesia mezcla elementos románicos y góticos, testigos del paso del tiempo y de las transformaciones arquitectónicas que ha sufrido. En su interior se conservan varios retablos y detalles que reflejan el esplendor eclesiástico de épocas pasadas, aunque lo más singular está en su torre: la original se desplomó tras ser alcanzada por un rayo, y fue reconstruida en el siglo XX, otorgándole una apariencia diferente pero igualmente fotogénica.

Desde el entorno del templo hay unas vistas fantásticas del puente medieval y del paisaje que rodea a Frías, haciendo de este lugar uno de los mejores miradores del pueblo.




 

POR ESPAÑA: El castillo de Frías




































Frías, que ostenta el curioso título de "la ciudad más pequeña de España" tiene una historia enorme, y su silueta recortada sobre el cerro es simplemente inolvidable. Lo primero que llama la atención al llegar es el castillo de los Velasco, encaramado sobre una roca que domina todo el valle del Ebro. Se alza majestuoso, con su torre del homenaje asomada al precipicio, como un centinela eterno que vigila el paisaje desde hace siglos. Desde lo alto de la fortaleza, las vistas son impresionantes: tejados rojizos, montañas verdes y el puente medieval que cruza el río en la parte baja del pueblo.

Las murallas, el patio de armas, las escaleras excavadas en la roca… La historia del castillo se remonta a la de las primeras fortalezas del siglo X y es uno de los castillos roqueros más espectaculares de Castilla, teniendo un gran valor estratégico, especialmente con Alfonso VIII en 1201, que completará la defensa de la Muela con la construcción de la muralla. En el siglo XV  se emprende obras de fortificación para garantizar el dominio de Frías.

El castillo aparece coronado por la majestuosa y siempre alerta torre del homenaje, símbolo de Frías en toda España. En su interior se halla una estancia abovedada e iluminada por una ventana enrejada con arco propio de la última etapa del gótico, y sobre la sala, la terraza almenada desde donde se contempla una indescriptible panorámica.