Le gustaría tener un desván, pero se tiene que conformar con lo se denomina trastero. Reniega de esa palabra para definir el cuarto de los sótanos de su casa, porque nada de lo que guarda ahí lo considera "trasto". ¡Como va a considerar trastos las sombrillas, esterillas, los cubos y palas de la playa!. ¿Acaso son trastos las cestas para recoger setas?; ¿son trastos los esquís y trineos?... ¡y que decir de la caja con las figuras del "belén"!, sin lugar a dudas el bien más preciado que guarda en esta Sala de los Menesteres. Hoy toca bajar al sótano; hay que montar el nacimiento.
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