viernes, 23 de septiembre de 2022

ITINERARIUM VII: El Libro de Cuentas de 1653 y sigue adelante

 


El libro más antiguo de los que se conservan en el archivo de la Hermandad, y expuesto en la muestra, es un grueso tomo de tapas apergaminadas y cierre de la época en cuya tapa queda titulado como Libro de Relación de Cuentas Efpirituales que dan los Mayordomos de la Cofradía de San Joachín. Año 1653 y sigue adelante. En él se se recogen ininterrumpidamente desde 1653 a 1795 las cuentas resultantes del cobro de miajas, de la recaudación de limosnas y de los gastos que, de manera anual, debía presentar el mayordomo saliente a su sucesor en el cargo. Sirva de ejemplo el siguiente párrafo:

“En 22 de octubre de 1676 dio sus quentas el Sr. Matheo Pueyo de su Mayordomía con asistencia de los SS.es nombrados abajo firmados aviendoles verificado se alló que el gasto excedió en 24 libras 175 sueldos los cuales perdona el Sr. Mayordomo a la dicha Cofradía por no tener que pagarlas y en su gratitud se admitió como cofrade de la Cofradía a su hijo Joseph Pueyo sin obligaciones de pagar la entrada y por la verdad lo firmamos en dicho día del mes de octubre” .

Tras las firmas correspondientes quedan reflejados los nombres de los cofrades y sus aportaciones, así como los gastos acometidos.

Es un libro complejo y desordenado con diferentes tipos de caligrafía según va pasando el tiempo y a la vez con diversas funciones. Las veintidós primeras hojas están recortadas escalonadamente en su margen derecha para figuren las letras del abecedario nada más abrir el volumen y así recoger los nombres de los cofrades por orden alfabético según la inicial del nombre. En el reverso de la letra Z figura el siguiente párrafo:

“Desde aquí en adelante en este libro están asentados los nombres de los confrades y confradesas de la cofradía del Glorioso Patriarca San Juachín. Están asentados todos por su letra en el abecedario en su número por cuanto no se allaba libro desto, con fundamento ni nombre de cofrade concertado ni reglado, sino en diversas partes y así por queste fuesse libro para dicho asiento no tuviese el trabajo que el secretario de la Cofradía tenía que sacar la cedula de todos los cofrades mandó hacer Jussepe Vidaña secretario de dicha cofradía dicho libro en el año + 1640”.

Así figuran 187 nombres junto a los que se marca el pago de la entrada en la Hermandad, que oscila entre 8 y 24 libras, añadiéndosele a alguno el año de ingreso si fue con posterioridad a 1640 y también el año en el que fallecieron. El tal Vidaña intentó sistematizar un orden que facilitara las tareas de los secretarios, pero no podemos concretar los años que abarca esta lista pues en algunas páginas posteriores aparecen otras nuevas, figurando la primera en el año 1652. A partir de aquí, el libro se dedica a recoger las cuentas anuales que presentan los Mayordomos.

La Cofradía tenía unos gastos fijos:

·        Los correspondientes al Prior de Santo Domingo “por la caridad de doce misas que se celebran los doce meses del año en el altar de nuestro Santo y por la que se dice el día de la fiesta principal y aniversario general” que  ascendían a 5 libras durante todo el siglo XVII

·         El salario del llamador o corredor de la cofradía que en la segunda mitad del XVII era de 2 libras

·         El salario del secretario

·         La asignación al Mayordomo para atender gastos de su cargo y que era de 15 libras.

·         Los ocasionados por la fiesta principal y por los entierros (gasto en cera principalmente) que oscilaba entre 1 y 11 libras.

Estos gastos se sufragaban con unos ingresos provenientes del pago por la entrada de nuevos cofrades, por el cobro de miajas en el día del Capítulo, del cobro del alquiler dde una casa que tenía la Hermandad arrendada entre la calle Añon y viejos (4 a 5 libras) y del arriendo de un campo de cultivo. A esto se sumaba lo obtenido en un “calderon” que acostumbraban a dar los Mayordomos, lo que aumentaba el prestigio de la persona, prestigio necesario per se para acceder al cargo.

A lo largo del S.XVIII la Hermandad de San Joaquín manifiesta un gran esplendor, y este queda reflejado en este tomo que estamos explicando. La documentación disponible de esta época es muy abundante y concisa, así como las referencias a las actividades desarrolladas y a la adquisición de objetos litúrgicos.

En una nota fechada el 23 de febrero de 1712 queda constancia de que el Mayordomo Ximeno pagó al contado 1600 libras a los oficiales que trabajaron en el retablo, que en 1736 se realizó un relicario, obra de José Aladrén y que costó 23 libras y 16 sueldos y en 1761 “se pagó una libra jaquesa al pintor Juan Andrés Meklein por dos diseños que dibujó del santo en su capilla y verdadero retrato”. En 1778 se adquirió un portapaz por 31 libras y 8 sueldos.

Se deja de escribir en este libro con la apertura de El Libro 1º del cobro de miajas y entradas de cofrades en la Cofradía del Señor San Joaquín de mercaderes comerciantes. Empieza el año 1795 y del Libro de Actas, legalizado con el sello de la Corona por 40 maravedies el cual se inicia con el Capítulo General celebrado el 20 de julio de 1796. Este libro concluirá en 1949, enlazando con los actuales libros de actas.


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