viernes, 22 de marzo de 2019

CARTAS COFRADES 2019-VIII: 75 años en San Miguel



Como se contara en cartas anteriores, una te lleva a otra. De carta a carta, de celebración en celebración, de iglesia a iglesia. No está siendo una Cuaresma con mucha propuesta, pero las cofradías siempre tienen un motivo para conmemorar. Y si hace una semana escribíamos sobre los cincuenta años de la cofradía de Jesús Camino del Calvario en Santa Engracia (dentro de cinco años podrán celebrar también las bodas de oro del culto a su imagen titular en la misma), hoy podemos contar los setenta y cinco de "los Nazarenos" en la iglesia de San Miguel.

Esta carta, por si no quieres seguir leyendo, volverá a tener aspecto de trabajo de colegio; vamos, que no aspira a aparecer en el Tercerol-Cuadernos de Investigación (la Asociación para el Estudio de la Semana Santa también está de bodas de plata y protagonizó parte de la II Jornada Cultural de la Junta Coordinadora del pasado miércoles). Pero ya sabes que nos ilusionamos creyéndonos que nos lee gente (incluso hasta cofrades) y nos encanta vender ciudad. También Semana Santa. Y contar cosas de la iglesia de San Miguel, del Nazareno, y de la "Esclavitud" es todo un placer, por arte, historia y espiritualidad.

Para los cofrades, la parroquia de  San Miguel y la Esclavitud de Jesús Nazareno van unidas en nuestro pensar. Sin embargo tales instituciones solo llevan juntas 75 años, que parecen muchos pero son poco más de una tercera parte de la historia de la cofradía, que ya va por los 260 años de vida.

Una cofradía que da lustre a nuestra Semana Santa, con una de las imágenes más veneradas de la ciudad, gracias al cuidado y dedicación devota que ha mantenido a lo largo de los siglos la cofradía de la Esclavitud de Jesús Nazareno, cuya historia enlaza con la tradición española del culto al Cristo Cautivo que se inició a finales del siglo XVII tras el rescate a "los moros" de la imagen que actualmente se venera en Madrid y es conocida como el Cristo de Medinaceli. Historia de lo más conocida e interesante. Como lo es también la de nuestro "Nazareno".

El 15 de Junio de 1808 el convento de los Padres Trinitarios, sede de la "Esclavitud" que estaba en lo que hoy es paseo de María Agustín, fue bombardeado por las tropas francesas que sitiaban la ciudad y, como cuentan las crónicas de Casamayor, la imagen de Jesús Nazareno fue trasladada hasta la Iglesia de San Lorenzo.  En 1821 se estableció que la imagen fuera venerada en la Iglesia de San Cayetano. Ya en sus primeros años celebraba una procesión el Domingo de Ramos, incorporándose a la general del Santo Entierro en 1858, por lo que, tras la Sangre de Cristo, es la que más tiempo lleva participando, conformándose como filial de esta en 1940. Y así llegamos a 1944 cuando se erija en San Miguel.

Podemos decir lo mismo que lo escrito de Jesús Camino del Calvario con Santa Engracia. Con los "Nazarenos" y desde 1944, San Miguel entra en el mapa de nuestra Semana Santa. De este modo, nos beneficiamos del lustre que otorga una parroquia de la que hay constancia de su existencia desde la reconquista de la ciudad en 1118 adscrita a la Seo, y que 1260 ya figura como parroquia independiente. El lustre no solo es histórico, también artístico pues, a pesar de que nada ha quedado del templo románica, nos queda en la actualidad la iglesia mudéjar con reformas barrocas del XVII. 

Volvemos a hablar de Damián Forment por tercera carta. Suyo es el retablo mayor de la iglesia, del escultor más productivo de la Corona de Aragón​ y uno de los primeros introductores del Renacimiento en España. Y hablando de Semana Santa, de Antonio Palao lo hemos hecho mucho y suya es la escultura de la portada de San Miguel Arcángel venciendo al demonio.

Gracias a estos 75 años, que hoy se celebra con un viacrucis por las calles parroquiales, la devoción y el culto a Jesús Nazareno se mantiene viva y presente cada día.

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