jueves, 28 de marzo de 2019

CARTAS COFRADES 2019-IX: Adiós al San Cayetano que conocimos





La jubilación Mariano, "sacristán" de San Cayetano, va a provocar que la iglesia que conocían y también vivían  muchos cofrades sea, a partir de este año, otra cosa. ¿Que cosa?. Otra; lo menos parecido a una iglesia, o a un lugar que aúna espiritualidad y tradición, gusto por las costumbres y trabajo de hermandad. Algo sin alma. Un garaje donde el que no tiene autorización no entra. Quienes más lo van a sentir y sufrir van a ser las cofradías que mantienen su sede en la Real Capilla, punto de partida de sus procesiones, pero el cambio afecta a todas las personas que, interesadas por el atractivo que tiene durante los preparativos de Semana Santa,  difícilmente van a poder entrar en la iglesia.

Todo empezó a cambiar en 2014, cuando por razones de seguridad salió aquella orden de la Diputación Provincial de Zaragoza, propietaria del edificio, que no podían concentrarse más de 130 personas a la vez durante las preparación e inicio de las procesiones, y que los pasos no debían recrearse en sus salidas ni quedarse parados entre las jambas de la puerta. Dejaron de ser igual esos momentos previos a una procesión. Esos momentos de reencuentro, de vernos todos juntos, de vernos las caras antes de cubrirlas con el tercerol, o con capirote. Nervios organizando una formación. Silencio previo antes de salir. Oración ante el paso.

Ahora para muchos se perderán esos días de gran espíritu cofrade preparando la procesión, montando un paso (se que la Dolorosa necesita tres días y mucha gente. Ver vídeos adjuntos), subiendo imágenes, limpiando carroza y atributos. Da pena pensar que el legado que nos dejaron y enseñaron los que nos precedieron no lo puedan vivir los que vendrán. La magia que te concede una iglesia como San Cayetano queda restringida al frío ambiente de un hangar sin alma donde solo entran los acreditados o los que quieran que entren los que acreditan a los acreditadores.  Muchos nos hemos movido por ella como "Mariano por su casa" es cierto; tal vez demasiado sin serlo en propiedad. Pero cuando tu invitas a alguien siempre le dices "siéntete como en tu casa". Nos han subido a las torres y el tejado por aquella escalera exterior que había durante las obras en los ochenta, también por el andamio interior que llegaba hasta la linterna de la cúpula, o por la escalera del coro al espacio entre las bóvedas y el tejado para colocar la sierga que montaba el antiguo monumento. ¡Pero si se llegaron a hacer misas de Viernes de Dolor con el suelo levantado y las naves llenas de andamios, llevando la megafonía para que por lo menos se oyera algo en los tiempos de las obras! ¡Como no vamos a considerar que no nos dejan entrar a nuestra casa! 

"Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar”. Los primeros que lo sufrieron fueron "los romanos". Aunque se quedaron sin barba por otros motivos, cuando les cambiaron el suelo de tarima por el mármol les prohibieron dar lanzadas en el suelo, y luego les condicionaron su "campamento" por el coro. El resto de cofradías ya llevamos desde 2014 con limitaciones e impedimentos a nuestras formas de funcionar y de organizarnos. Tres días al año, tres. Ahora nos toca movernos en otro escenario ("palabro" del gusto de los políticos) . Ya veremos si las consecuencias de este nuevo escenario, a la larga, también afecta incluso a quienes piensan que salen ganando en su posición y nos les afecta. Todo es un sistema y cuando mueves una pieza el sistema cambia. De momento la primera pieza ha sido Mariano (la de anécdotas que se podría contar de él y con él), y el solo movimiento de una persona ya ves lo que condiciona.

Nos hemos quedado sin iglesia, ha dejado de ser un templo (al tiempo que lo llamen algo así como "espacio multidisciplinar para la convivencia participativa de la ciudadanía cooperativa de un estado de derecho, ecológico, feminista y sostenible"). Y sin museo, a pesar de ser la propuesta de largo más votada para los presupuestos participativos que convoca a bombo y platillo el Ayuntamiento de Zaragoza. Tal vez nos iría mejor si en vez de cofradías fuéramos un colectivo okupa y ácrata. Siempre te pueden ceder un centro social comunitario al estilo del de "Luis Buñuel" por la cara.

Pdta.:
Al releerme prefiero matizar alguna cosa. Desde luego San Cayetano no es nuestra casa, ni siquiera pertenece a la iglesia, pues la sustenta una administración pública. Esto hace que la relación contractual del sacristán fuera una situación extraordinaria; y una vez llegada su jubilación.....Si a las cofradías nos interesa conservar el San Cayetano que conocimos igual deberíamos proponer soluciones. En cuanto a la ironía sobre los centros sociales. Pueden contraargumentar con los privilegios que ostenta la Iglesia en asuntos como el IBI, Trabajo en una Fundación pobre donde el Arzobispo ocupa el nivel jerárquico más alto, y los locales donde trabajamos pagan el IBI. Esta fundación, por cada euro que recibe de la administración por subvenciones o contrato público lo devuelve multiplicado por tres en impacto socioeconómico.

Impacto el que ha tenido la carta. Más de 800 lecturas en una mañana.......







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