sábado, 19 de abril de 2014

CARTAS COFRADES XXII: Viernes Santo

Ya perdonarás que te escriba tan tarde. Seguramente ni te habrás dado cuenta ni te haya importado. No son días para sentarse delante del escritorio, ni siquiera para ir mirando continuamente la pantallita movil. Son días para callejear y pasado el Jueves Santo no quedan momentos ni siquiera para descansar.

Pero el Viernes Santo que hemos vivido merecía unos apuntes aunque fueran con retraso. Un Viernes Santo que parecía Domingo de Ramos pero que los capirotes verdes nos situaban en donde estábamos (en los archivos fotográficos del Ayuntamiento no ocurre lo mismo, aunque el blanco y negro de las viejas fotos a veces confunde). 

Se merecía la Cofradía de las Siete Palabras y de San Juan Evangelista la mañana soleada que han disfrutado. Se lo merecían porque ya era hora. Se lo merecían por sus 75 años de andadura, por hacer grande a nuestra Semana Santa con la aportación de los tambores a nuestras cofradías, por el impresionante nuevo paso del que ya hemos hablado en otras carta que aún resulta más asombroso sobre la artística greca donde se sitúa alzada al cielo zaragozano sobre los 40 cofrades que lo cargan sobre sus hombros. Y también nos lo merecíamos todos los zaragozanos ansiosos por asistir a esta celebración y a la predicación pública de las Siete Palabras, que por primera vez en sus 75 años se han realizado una detrás de otra en la plaza del Pilar y por un mismo predicador, en este caso Monseñor Carlos Amigo, muy vinculado a la Semana Santa de toda España por su larga trayectoria como Arzobispo de Sevilla y que ya en 2010 realizara el famosisimo Sermón de las Siete Palabras de Valladolid.



Pero no han sido las únicas novedades, pues el cortejo procesional ha recreado parte de las distintas etapas que ha vivido esta cofradía. Hemos visto los distintos estandartes que ha tenido la cofradía, y encabezando el desfile la representación de los primeros 12 tambores que inciaron la andadura de estos 75 años redoblando en nuestra Semana Santa. 12 tambores cubiertos con aquellos terceroles negros que para aquella ocasión cubrían su rostro, y con viejos tambores de la época, de los de aros de madera, cuerpo de metal y parches de piel. Y tras ellos el paso fundacional del Calvario de José Alegre del año 1841 y que actualmente es el titular de la Crucifixión, cuyos hermanos han colaborado siendo los portadores. Una pena no haber disfrutado de los faroles antiguos de las Siete Palabras que algunos pensábamos sacarían para la ocasión como ya hicieran años atrás. Luego vendría el paso de Burriel, con los tambores llevando los manguitos de aquella época, para terminar el desfile con el enorme crucificado de Miñarro, una obra de arte para nuestra ciudad. Así es, no podía ser de otro modo cuando va a ser venerada en la mismísima basílica del Pilar. Es tan magnífica que habrá que podar más los árboles otro año.


Y por la tarde el Santo Entierro. Y que tarde, de calor, de luz, de gentío y expectación a lo largo de casi todo el recorrido. Y con un primer tramo monumental, como es el propio Santo Entierro, un Monumento de nuestra ciudad y de toda la Semana Santa española. El paso por las Murallas Romana ejerciendo de graderío como aquel que se colocaba tiempos a en la Plaza de España mostraba unas instantaneas sensacionales. El paso por el Pilar, por la Seo, por Dormer..... noooo por Dormer noooo, ya sería rizar el rizo demasiado a un recorrido que por poblemas de espacio tiene que hacer demasiados. Y todas las cofradía en la calle con luz de primavera. La única pega, y mira que a mi no me gusta poner, son los parones que se sufren, especialmente al final cuando ciertas cofradías de gran tamaño despiden a sus imágenes con el tiempo que ellos consideran que necesitan. También es una pena no poder disfrutar de la cofradía de la Humildad con todo su esplendor, que entendemos no sería posible, pero si por lo menos con parte, y esta parte incluiría a su majestuoso paso de misterio. Enhorabuena a la Sangre de Cristo por el gran trabajo que supone la organización y el posterior  para organizar el Sábado Santo, especialmente por esa recuperación de figuras y simbolismo que hace tan especial el inicio y el final de la procesión. Este año mención especial al piquete de la Coronación que acompañó musicalmente el discurrir de la Cama del Señor.


1 comentario:

Lara dijo...

LLevo varios años viviendo en Zaragoza..y escapandome siempre de la cuidad para estas fechas..
Este año me has descubierto lo que me estoy perdiendo..tengo que decir que no soy muy religiosa...
simplemente soy fiel a mi creencia respetando siempre a los demás...viendo sus crónicas ha despertado mi curiosidad...creo que el próximo año nos daremos una oportunidad para conocernos mejor..
Un saludo
Lara