Cuando hace 75 años la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén eligió este azul como su color representativo no pudieron hacer mejor elección. El del azul cielo de Zaragoza que en mañanas como las de hoy se funden en uno solo, cielo y capirotes, para llenarnos de esperanza y de los mejores deseos para la Semana de Pasión, que se abre al ritmo de la "Entrada de la Entrada", una vez que la legión de fotógrafos dejan libre la salida y la visión a los que llevan media mañana esperando en la acera de "las Murallas". La mañana espectacular, como toda la procesión. No podía ser de otra forma con la más zaragozana (junto a la Sangre de Cristo) de todas las cofradías zaragozanas (en alguna otra carta de algún otro año ya puse los motivos. Te los cuento en otro momento) Jesús entró en Jerusalén para dar esperanza, y la Zaragoza cofrade (también la no cofrade y algún turista accidental) se echa a la calle entre palmas, ramos y golosinas para rememorar el primer capítulo de ese camino hacia la esperanza entre columnas, espina, cruces y sepulcros, más allá de que llueva o no. Y de momento hoy no.
La mañana esperada con la cofradía esperada y el argumento deseado a lo largo del soleado recorrido hasta llegar con "calandina" final, rematada en una parte baja que dejaba oír las carracas, colofón que cada año me emociona más (será por la sencillez bajoaragonesa del toque, será por ser una marcha de toda la vida, será por la esencia en frasco pequeño....) en la despedida del paso en San Cayetano poco más de las 15,20h.
Y si sobre las 14 horas circulaba por "whatsapp", medio en broma medio en serio, la foto de tres sillas en la calle Doctor Palomar, doy fe que fue terminar la procesión de la Entrada y ver gente a la carrera para coger sitio frente a las Mónicas y plantar un pic-nic donde comer y no perder el tiempo. Juventud divino tesoro. En la juventud de otros ahí había un solar y una tapia donde nos podíamos encaramar a última hora (cierto es que no había pasos a costal).
Foto Laura Gracia de Miguel. 15h.44' |
Y entonces dan las seis de la tarde, y mientras la Coronación de Espinas inicia su acostumbrado "Viacrucis de los Enfermos" por el barrio de San Gregorio, con emotiva estación a las puertas del Hospital, en la calle Doctor Palomar el tiempo se detiene cuando las puertas abren por fin. La espera ha merecido la pena. Suenan clarines, suenan tambores, suenan las bandas (sensacional el debut de la banda de Ejea), suenan aplausos, suena el silencio, la voz del capataz y el roce de las rodillas de los costaleros. Más de tres cuartos de hora sonando emoción, porque eran las 18 h 35' cuando el palio aún enfilaba hacia la puerta de la iglesia.
Foto Charli Gracia. 18,35 horas |
También ha sido emocionante el estreno de "Humildad en el Sanedrín" nueva marcha dedicada a la cofradía por Francisco Peña, asesor musical de la BCT de Nuestro Padre Jesús Rescatado, quienes desde el año pasado y llegados desde Valdepeñas acompañan a Jesús de la Humildad en su Estación de Penitencia. No ha sido la única novedad de la tarde
Pero a esas horas ya teníamos en la calle también a la procesión del Dolor de la Madre de Dios, el Prendimiento predicando los Siete Dolores desde el lejano Paseo de Ruiseñores, como también desde la distancia inicia a esa misma hora su procesión de traslado la Columna.
Son las siete. La aplicación para dispositivos móviles de la Junta Coordinadora comienza a activarse en serio. Los cofradillos virtuales empiezan a moverse lentamente. La cabeza de la Humildad apenas a llegado al Coso entre saetas y "petalas", y la Humillación se dispone a salir de San Felipe, cuando media puerta del atrio da su permiso y se deja abrir para realizar su viacrucis, que será multitudinario en gentío cuando llegue a la calle Alfonso minutos después.
Son las ocho. La Humildad se adivina a lo lejos pero aún no ha llegado a la Seo. El Nazareno no espera. Inicia su secular viacrucis desde San Miguel. Y media hora después Esclavas y Silencio hacen lo propio desde San Pablo. Todas las cofradías en la calle. ¿Donde vamos?..... los cofradillos virtuales no paran de moverse.
Vemos llegar a la Humildad a la Catedral y cuando el paso de la Virgen realiza la "revirá" para entrar en la Seo, casi a las 9 de la noche, el "azul del cielo Domingo de Ramos" comienza a despedirse y el palio se recorta en el atardecer al son de "Callejuela de la O"
Es hora de ver llegar a la Columna tras su largo periplo desde casi el Canal Imperial a la altura de Casablanca hasta su sede canónica. Una sencilla (aunque en la columna nada es sencillo), pero elegante y estudiada procesión de traslado de su imagen fundacional desde el convento de la HH Dominicas de Santa Inés, sita en a calle de la Cofradía de la Columna, hasta la iglesia de Santiago al son que le marca su piquete a los portadores de la parihuela y bajo la luz de farolillos que portan los hermanos que componen el resto del cortejo. Pasadas la nueve y cuarto concluye la procesión y se inicia una liturgia de recogimiento en torno a la imagen que hoy (y siempre) cobra protagonismo pero que a veces el bosque te impide ver el árbol.
De aquí a buscar a los Nazarenos, de viacrucis también por las calles de San Miguel. Siempre bien acompañado de otras "Esclavitudes" y de mucha feligresía, especialmente este año que estrenan paso. Los Nazarenos con Virgen Dolorosa, quien nos lo iba a decir. Una imagen de la parroquia que data de 1749 y es portada sobre una carroza del alcorisano José Felez, quien también hiciera en su día las grecas del paso titular. Estas nuevas lleva referencias a los escudos de la Esclavitud y de la parroquia de San Miguel además de a los Siete Dolores de la Virgen. Esta concebida para ser empujada por los niños de la cofradía, del mismo modo que hiciera en su momento el Silencio, a quien acudimos a ver de inmediato. si la aplicación no falla aún llegamos a ver el final del viacrucis por las calles del Gancho.
Son las 21,45h. la Humillación aparece por la iglesia de San Gil concluyendo sus últimas estaciones al son de las cajas chinas instaladas sobre algunos tambores, y es que es un día que vemos de todo un poco o un mucho de lo que se puede ver en Zaragoza. Ahora mismo tenemos en la calle una Estación de Penitencia, un traslado, la predicación de los Siete Dolores y tres viacrucis. Tres piquetes de tambores y cornetas, bandas de tambores zaragozanos de todos los tamaños, una banda de música y otra de cornetas y tambores, más las heráldicas del Silencio. Tiene suerte la Humillación. A su paso por la mudejar torre de San Gil ésta está todavía iluminada. No tiene la misma suerte el Prendimiento, que pasa justo detrás y ya la han apagado, como horas después le pasa a la Humildad con la Magdalena. Fiesta de Interés Turístico Internacional. Habrá que seguir abonando y cuidando un poco más el tema.
En número es la gran procesión de la noche, y aunque el Cristo de Daroca ha echado de menos a uno de sus portadores, con semejante cofradía ni esta peana, ni ninguno de sus pasos "You'll
never walk alone".
Dejamos a las dos cofradías enfilando Menez Nuñez, una camino a a San Felipe, la otra a San Cayetano ante la imposibilidad de retornar al colegio. Pero el espíritu escolapio nunca se olvida de sus orígenes como es tradición en la despedida de todas sus procesiones.
Y si la tarde la comenzamos con la Humildad, terminaremos con ella la noche, o iniciaremos el nuevo día puesto que no acaban antes de las 13,30 tras recorrer, disfrutar y hacernos disfrutar de un fantástico y cálido recorrido, por la temperatura ambiente (alguna nos ha dado un pequeño susto en la salida del tramo más estrecho y delicado) y por el sabor añejo de las calles de vieja ciudad. Un acierto el nuevo recorrido, que hace eterna la calle Dormer llenándola de gentío y que a varios les oí contar que para torcer en la calle del Cisne, el paso de Misterio necesitó una revirá con cinco marchas. Una calle llena de dificultades, de las que gustan a capataces, costaleros y púbico en general, a los que tuvieron que animar a que cangrejearan con los lumineros y demás personajes que se mueven delante de un paso. Aún se complicaba más en el último tramo de al calle Mayor, a la sombra de la apagada torre de la Magdalena. su estrechez, la altura de los balcones y los pivotes de la calzada exigían sacar de las trabajaderas a los costeros fijadores, como se ensayó con éxito una mañana de mayo..... La calle Doctor Palomar y las ultimas chicotás y revirás esperan para poner un broche de oro a este Domingo de Ramos.
Éxito de mañana, éxito de tarde, éxito de noche. Para mañana todos queremos un día como hoy.
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