El otoño ya avisa que llega a su fin, aunque falte un mes para que el calendario lo cierre. Pero la climatología no entiende de fechas, especialmente en la montaña. El blanco de la nieve destaca sobre las hojas caídas en el suelo; una nieve que ya apareció a mediados de la estación, en una sucesión de temporales y borrascas de esas que emocionan a "las personas del tiempo".
Los que dan el tiempo en la televisión se emocionan cuando baja o sube la temperatura un grado. Deberían haber vivido en Zaragoza un tiempo para ver que allí pasa de una estación a otra en un mismo día. Ya lo cantaba Labordeta en su Zarajota Blues
invierno de un estío brutal sin primavera
y ese otoño dulcísimo
que afila las paredes de tus viejas murallas
cayéndose por todas tus ventanas.
Volviendo a las "personas del tiempo". Alguna de ellas lo hace tan complejo en sus explicaciones y en la "virtualidad del mapa" que uno no se entera. Además se pone en medio del mapa a hacer "aerobic" o movimientos extraños y las temperaturas son un visto y no visto. En una región grande como Castilla, si te interesa la temperatura de Soria, no te da tiempo a localizar luego la de Ávila. Casi se echa de menos la sencillez de mapas y discurso de Mariano Medina, el primer "hombre del tiempo".
Continuará.......
Continuará.......
