Pasear por Mérida, la antigua Emérita
Augusta es toda una experiencia inmersiva, un salto al pasado que te permite
comprender por qué esta ciudad es considerada uno de los mayores tesoros de
España. La "pequeña Roma extremeña" no solo conserva su herencia
histórica, sino que la vive a través de sus monumentos, sus calles y su gente. El
bullicio de la ciudad moderna se disuelve en el aire, dando paso a las huellas
de un pasado glorioso que aún perdura en cada rincón.
Con un corto paseo por la ciudad descubres
numerosos monumentos que recuerdan su pasado: el teatro, un templo, el
anfiteatro, el circo, las termas, acueductos, arcos..., al adentrarse en
Mérida, es imposible no sentirse transportado en el tiempo. Esta joya
extremeña, declarada Patrimonio de la Humanidad, conserva en sus calles el
espíritu de la antigua colonia fundada en el año 25 a. C. por el emperador
Augusto.
Esta Ciudad Patrimonio de la
Humanidad presume de teatro romano en actividad y con más de 2.000 años de
antigüedad. La ruta por la Mérida más romana se completa con un paseo entre el
Templo de Diana, el Anfiteatro, el Arco de Trajano, el Puente Romano, el Circo
Romano, el Acueducto de los Milagros...
Calles tranquilas, plazas donde
apetece parar, la orilla del río Guadiana con espacios verdes para pasear,
visitas como la Alcazaba árabe, una gastronomía que anima a prolongar las
comidas y un entorno con interesantes visitas son atractivos suficientes para
prolongar la estancia en Mérida.
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