viernes, 15 de noviembre de 2024

VIAJES POR ESPAÑA: El Monasterio de Guadalupe

 El Monasterio de Guadalupe no solo es un referente de la fe, sino también una muestra de la historia y el arte, no solo de la región de Extremadura sino también de España.

Cuenta la leyenda que, a principios del siglo XIV, el pastor Gil Cordero buscando una res perdida de su rebaño, la encontró muerta. Cuando se disponía a descuartizar el animal, éste volvió a la vida. En ese instante se le apareció la Virgen al vaquero, que le transmitió su deseo de que anunciara el prodigio y excavara en el mismo lugar en el que encontró su vaca muerta. Allí apareció la imagen de Santa María de Guadalupe y rápidamente se difundió su fama de milagrosa, y una leyenda que nos cuenta que la imagen fue elaborada por el mismísimo Lucas Evangelista. Durante siglos fue venerada en Bizancio, hasta que Gregorio Magno se la regaló a San Leandro, un arzobispo de la Sevilla visigoda. En los años de la conquista musulmana, un grupo de cristianos cogieron la imagen, la metieron en un cofre y la enterraron junto al río al pie de la sierra de Altamira, que divide Extremadura con Castilla-La Mancha.

El rey Alfonso XI escuchó los relatos milagrosos que se contaban de la Virgen y se hizo devoto de Santa María de Guadalupe, encomendándose a Ella antes de la famosa Batalla del Salado, de la que salió victorioso a pesar de la inferioridad numérica de sus tropas. Agradecido, peregrinó hasta Guadalupe y concedió a su humilde iglesia privilegios y rentas que permitieron la construcción de su santuario.

La fama de Guadalupe se extendió con rapidez y pronto se convirtió en el centro devocional de todo el sur peninsular. Llegaron poco después los monjes Jerónimos, que custodiaron el santuario desde 1389 hasta 1835.

Los Reyes Católicos mantuvieron una relación muy cercana con el monasterio de Guadalupe y, de hecho, allí recibieron a Cristóbal Colón en dos ocasiones (1486 y 1489). Tras la toma de Granada en 1492, acudieron a la villa extremeña para descansar. Un año más tarde, el marino genovés volvió a la casa de la Virgen como parte de la promesa que le hizo si sobrevivía a su viaje a las Indias. También en Guadalupe se bautizaron los primeros indígenas americanos que cruzaron el Atlántico con rumbo al viejo continente. La pila bautismal forma parte de la fuente de la plaza.

Tras la desamortización de Mendizabal pasó varias décadas sin la protección de orden religiosa alguna, hasta que en 1908 aceptan hacerse cargo del Monasterio los Franciscanos.

El 12 de octubre de 1928 la Virgen de Guadalupe fue coronada canónicamente Reina de las Españas y en 1907, fue nombrada Patrona de Extremadura. Desde entonces, el monasterio se ha convertido en la referencia espiritual de Extremadura, que celebra su patrona cada 8 de septiembre, el mismo día de la fiesta de Extremadura.

La fachada principal del monasterio es mudéjar, igual que uno de sus dos claustros, el segundo es gótico. Guarda importantes libros miniados, bordados, relicarios, obras pictóricas del artista extremeño Zurbarán, de El Greco o Goya e incluso un pequeño crucifijo atribuido a Miguel Ángel, transformándose en un auténtico guardajoyas que encierra en sí varios museos: el de Bordados, el de Libros Miniados y el de Pintura y Escultura.

El templo es gótico, del siglo XV; el coro y la sillería son obras de Manuel de Larra Churriguera. La imagen de la Virgen de Guadalupe data de los siglos XII-XIII. En la sacristía se guardan ocho obras del célebre pintor Francisco Zurbarán. El Real Monasterio fue declarado Monumento Nacional en 1879 y posteriormente, en 1993, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Hoy en día, el monasterio sigue siendo un lugar de culto y peregrinación, además de ser un importante centro cultural y turístico.

Con todo esto merece la pena la visita guiada , que además te permite acceder hasta el Camarín de la Virgen, donde un fraile franciscano de la Comunidad de Guadalupe enseña  la imagen de la Virgen de Guadalupe. Esa afición que hay por vestir a las imágenes nos hace perder la verdadera apariencia de una escultura medieval.

 

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