sábado, 7 de mayo de 2022

Playas de piedras

 







Hay quien siente predilección por las playas de guijarros. No es nuestro caso. Venimos adoctrinados por aquellos veraneos en Benicarló que nos obligaban a coger el "850" para escapar de las algas y de las piedras en las playas más cercanas y adentrarnos en las de Peñíscola. Aprendimos a preferirlas de suaves, blandas y doradas arenas, a pesar de reconocer el incordio que a veces puede suponer. Por eso, para los tiquismiquis, nada mejor que una playa llena de piedras. 

Y si en el mar nunca hay silencio, porque el agua no suena sola y se sirve de instrumentos, en una playa de piedras, el arrastre de los guijarros por las olas produce un sonido especial, de maraca, de sonajero (¿tendrá nombre?), amplificando un Mediterraneo que parece más de lo que es. 

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