Con el triste recuerdo de Notre Dame, a Dios gracias sin victimas, hemos podido disfrutar de un gran Martes Santo. Siete cofradías en la calle, cinco de ellas con final en San Cayetano, lo que hace de la noche de hoy un anticipo de Jueves Santo, que a día de hoy apunta a lluvia como protagonista.
Tal vez por eso muchos han vivido la noche como si fuera la última. Y si no has querido ir a ver la Eucaristía en su intimo viacrucis por las calles del Perpetuo Socorro, con el venerado Cristo del Perdón, entre ministriles y llamas de luz, has podido ver al Despojado pasar por las viejas calles de la Seo, ver terminar el viacrucis en San Juan de los Panetes y ya ocupar tu sitio, como si fuera Jueves Santo, guardando espacio y posición en torno a la Samaritana.
Y así ver entrar a la Piedad con ese toque tan solemne donde bombos y timbales adquieren el gran protagonismo que siempre tiene esta sección, haciendo mecer al Cristo del Refugio (otro que aúna gran devoción) hasta las entrañas oscuras de San Cayetano donde le recibe la Madre. Nos volvemos a acordar de Notre Dame. En su altar mayor se encuentra la Piedad de Coustou (s.XVII), tal vez la más famosa tras la de Miguel Ángel del Vaticano. Cuando escribo esta carta aún no se sabe que ha sido de ella todavía, aunque en ciertas imágenes publicadas arece que se vislumbra su silueta. En la noche de las "lágrimas", el recuerdo de "Nuestra Madre" hace soltar alguna más. Con el impacto que ha causado en todo el mundo, sea creyente o no; ¿que pensarán esos "grupusculos" del "¡arderéis como en el 36!"
Si te han guardado el sitio has podido ir a buscar a la Crucifixión hasta el Puente de Piedra. Como te has quedado en la plaza te habrás perdido el paso de la Crucifixión por el Puente Piedra y por Dormer, pero en la posición en la que te has quedado llega en seguida desde el barrio Jesús. La espera te la ambienta además el incienso que sale desde San Cayetano 3.
Algo más tarde lo hace la cofradía de la Oración en el Huerto. Ya sabes lo que les gusta recrearse en la salida del Portillo, "lo guapo" que ponen a su Cristo de la Oración y lo larga que hacen Conde de Aranda. Ya es Miércoles Santo y desde tu posición los ves entrar al son de la nueva marcha "la Última del Hombre del Tambor". Con ella se despide, por lo menos de la jefatura de la sección, seguramente el más prolijo compositor de marchas procesionales de Zaragoza. Fácil de tocar pero con seis voces, lo nunca visto en procesión procesión; y a su vez pegadiza y con inspiración "bajoaragonesa". Bueno, esto te lo cuento porque me lo han contado..., que yo ya no doy para tanto.
Pegados a ellos viene Jesús abrazado a la Cruz y la Verónica tras su viacrucis por la parroquia del Carmen. Catorce estaciones con visitas al Noviciado de Santa Ana y a la cofradía de la Columna, en la fachada de Santiago; cofradía que ayer se quedaría con las ganas de recibir al Calvario en la predicación de las Tres Caídas.
Y ya nos queda solo el Descendimiento. Merece la pena haberse quedado toda la noche "guardando posición". La plaza se tiñe de morado. Se ilumina de morado. También habrán visitado al colegio de la Salle y al Calvario en Santa Engracia. Toca poner fin a la predicación de las cinco lágrimas. Toca en bajo esa gran sección de tambores que aumenta el volumen de la marcha conforme se va despidiendo la Virgen y la noche. Porque toca poner fin a una gran noche de Semana Santa. Esperemos que no sea la penúltima.
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