Hasta este año no había caído en la cuenta que la primera imagen de un paso que se asoma a la calle de procesión de San Cayetano es la de un niño corriendo delante del burro. "Dejad que los niños se acerquen a mi". Por ese niño, por el otro que levanta su madre para que vea a Jesús, el paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén es el más amable y simpático, acto para todos los públicos, lo mismo que su procesión, entre palmas, ramos y chucherías. La mañana ha sido perfecta en todos los sentidos; como nos gusta que la mañana de Domingo de Ramos al son de carracas y alegres marchas de tambores (un par de ellas entre las mejores que oiremos a lo largo de la semana). Hasta han salido en el telediario de la televisión pública. Y de todos los pasos de la borrica que se han visto de diferentes puntos de España, el de los Albareda era el más bonito. Y eso sin ser del neobarroco sevillano.
Hará unos años, en una carta te dije que el Domingo de Ramos muestra nuestra Semana Santa en su esencia casi concentrada, y que salvo del toque de matracas, disfrutábamos, de las diferentes maneras de procesionar que tienen nuestras cofradías: entradas triunfales, estaciones de penitencia, traslados, "siete dolores", viacrucis... También de cofradías con gran número cofrade como el Prendimiento, o de no tantos como la Humillación. De pasos a costal o con ruedas, de peanas y parihuelas. De luz eléctrica o de mucha cera. De hachas de bombilla o de llama y farolillos. Grandes pasos del siglo XXI, o pequeñas imágenes del barroco. Y de música de todo tipo.
Bueno; pues ya tenemos al Ecce Homo y sus matracas también en la calle la tarde del Domingo de Ramos. Así podemos decir que ya está todo, con la escultura de más valor artístico de nuestra Semana Santa. Por primera vez la cofradía del Ecce Homo hace el traslado de su imagen desde San Felipe a Altabás con una procesión, el camino contrario de su tradicional desfile del Miércoles Santo (los que salimos ese día lo agradecemos). Merecía la pena esperarlso en el puente de Piedra y acompañarlos camino de Altabás.
El destacado miembro del Sanedrín del que te hablé el otro día dijo, en la misma conversación, que el Domingo de Ramos ya parece Jueves Santo. Es verdad, pero con lo que nos gusta el Jueves Santo tampoco nos vamos a quejar ¿no? Hasta 11 cofradías han estado hoy en la calle.
No queremos olvidarnos, como en algún programa ha pasado, de la procesión de las palmas del barrio Oliver por parte de la Llegada al Calvario o la de las Parroquias, celebrada por la Crucifixión en Torrero, y con la que han recogido a Nuestra Señora de los Ángeles para trasladarla desde San Fernando hasta San Antonio.
Un momento singular, que recoge Zaragoza en su esencia de Pasión, ha sido la vivida en torno a las 20,30 y las 20,45 horas en la Plaza de la Seo. El gentío llenaba la plaza viendo entrar al paso de misterio de la Humildad (precioso como está quedando tras el barnizado y nuevos detalles de la canastilla) en la Catedral al son de la banda de tambores y cornetas. Cuando se hizo el silencio, los tambores de la Humillación pasaban por la Lonja dirección Don Jaime (estrenaban un aguamanil como elemento procesional). Pasa el viacrucis de la Humillación y los acordes de "Campanilleros" inician la revirá de María Santísima del Dulce Nombre. Y cuando las puertas de la Seo se cierran para la Humildad, las matracas del Ecce Homo te pedían que los acompañaras camino del Puente de Piedra.
Con esta nueva procesión del Ecce Homo, la Entrada de Jesús en Jerusalén se ha convertido en la única (de la Junta Coordinadora, al margen de la Sangre de Cristo) que solo procesiona su día y en el Santo Entierro. Y eso le dan un valor especial.
Ojala el tiempo nos acompañe el resto de los días como lo ha hecho hoy.
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