El calendario desde hace unas semana señalaba este día en rojo. Elecciones en Andalucía. Todos anunciaban por adelantado lo que iba a pasar. Los que se dedican a hacer encuestas ahora siguen cobrando explicando porque no ha pasado lo que tenía que pasar. Más dificíl de explicar será para el CIS y su "cocinero".
Desde luego estaba señalado en el calendario en rojo, como el nuestro... color muy navideño. Pero "rojo rojo", lo que se dice "rojo" en lenguaje viejo, antiguo y trasnochado, no ha salido. Tras casi 40 años de elecciones en Andalucía, no ha ganado en computo de escaños los que (todavía) se dicen de izquierdas.
Y de pasar a decir "fiesta de la democracia", o a vender que han ganado todos.... a algunos que no han salido muy bien parados y que ven que los que nos les gustan han sacado más de lo deseado, se apropian del feminismo, los parados, los trabajadores, los pensionistas, las orientaciones sexuales, los estudiantes.... y los azuzan a que salgan a la calle con lemas del periodo entreguerras del siglo XX (que es cuando parece les hubiera gustado nacer); además de echar la culpa a la baja participación. En vez de mandar a ocupar las calles hubiera tenido mas sentido ofrecer un programa atractivo y que solucionara los problemas "reales" de la gente y ocupar con papeletas las urnas.
Luego están los que han quedado primeros, y como han quedado primeros quieren seguir presidiendo(tras 40 años; aquí en España todo es tras 40 años). Y utilizan para ello los mismos argumentos que, cuando venían de los "otros" a nivel nacional, les respondían "no es no, y que parte del no no han entendido". Y piden un frente constitucionalista para frenar a la ultraderecha. Vamos, lo mismo que pedían los "otros" en Cataluña o en el Congreso, pero "no es no".
Los que han quedado segundos, osea, los "otros", quieren gobernar con la mitad de votos que consiguieron hará unos años. Y son capaces de hacerlo pactando con el diablo.
Los que han quedado terceros también quieren presidir Andalucía. El caso es que en Cataluña quedaron primeros y no presentaron investidura.
Los que han quedado cuartos, perdiendo votos como los primeros y segundos, son los que azuzan a salir a la calle al grito de "No pasarán".
Y los que han quedado quintos, fenómeno a estudiar; al que todos temen, y yo el primero, pero al que han votado democraticamente un considerable número de andaluces. Unos y otros tendrán que analizar el porqué.
Si en nuestro trabajo fuéramos tan incongruentes e incoherentes como los politicos en sus posturas y declaraciones, estaríamos en el paro.
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