Hoy hemos sido noticia. Sin pretenderlo, sin buscarlo, porque Cartas Cofrades no dejan de ser un apartado personal dentro de un blog-cajón de sastre personal que otros han considerado interesantes de difundir por medio de sus diferentes plataformas (especialmente la Revista Redobles, pero sobre todo www.pasionen zaragoza de Paco Sangorrín). Pero hoy han vuelto a su origen, al papel, en forma de libro, sin pretenderlo,como decimos en la primera línea, pero dando las gracias a quienes lo han hecho posible.
A las 12, 30 horas las AC. Redobles nos convocó en Bodegas Almau para presentar un nuevo libro. En este caso sobre nuestro conjunto epistolar del año 2013. Durante un momento daba miedo que pasáramos de 130, no fuera que alguna autoridad competente viniera a disolvernos por sobredosis cofrade. Y eso que se echaba en falta a gente querida por Calanda en las Jornadas Nacionales, o a los locos del tambor ensayando.
Había que empezar dando los gracias a Cesar y a Sergio por editar libros. Seguramente nunca han sido buenos tiempos para publicar, pero en esta fatal coyuntura en la que nos encontramos, y con las plataformas digitales comiendo terreno, parece una osadía seguir apostando por la imprenta.
Gracias también por editar libros de Semana Santa, que es lo que nos unía a la mayoría de los que nos encontrábamos allí (bueno también es cierto que había gente que pasaba por ahí, y otros que pasaban de los libros pero nos quieren). Si gente como los chicos de Redobles o asociaciones hermanas no publicaran de estos temas no se quien lo haría.
Pero sobre todo, gracias por editar libros de nuestra Semana Santa, de la de Zaragoza de toda la vida, la cual, hasta hace bien poco no se caracterizaba por se pródiga en volúmenes, y mira, en apenas diez días hemos publicado cuatro. Si casi ya no tengo donde ponerlos, por eso este lo he tendido al sol sujeto con una pinza.
Por eso estábamos allí, porque no sabemos decir no, y menos a quienes son tan osados de poner su tiempo y su dinero para que nuestra cultura cofrade mantenga viva la llama. Si el libro hubiera sido de poesía, o de fotos o de viajes, nos hubiéramos negado (uno ya tiene cubiertos sus minutos de gloria y sus deseos van por otros derroteros mas sutiles), pero ante temas de Semana Santa, si parece que gusta además, pues ponemos nuestro granito de arena.
Y como decía antes, las Cartas Cofrades vuelven a sus orígenes, pues en otro estilo y sintonía más gamberra, llevamos recogiendo los aconteceres cofrades en diarios y cuadernillos desde 1986 (año por año). Con el blog se actualizó el formato y con aquellos que las difunden o comparten por las redes sociales (que no es mi caso) se han dado a conocer.
Esto solo ha provocado una cosa, que me corte al escribir sabiendo que lo puede leer cualquiera. Los archivos secretos serían impublicables. Digamos que me muestro demasiado asertivo. Y uno no tiene porque dárselas de juez en cuestiones que no le pertenecen, y más si detrás de estas hay mucho trabajo y decisiones apoyadas en sentimientos colectivos.
Nuestra Semana Santa no es perfecta ni es la mejor, pero como dijera hace dos años el Cardenal Amigó en el Pregón, y al que pronto veremos en el Sermón de las Siete Palabras: "la mejor Semana Santa la de mi pueblo, porque es el mio". Y las Cartas Cofrades solo intentan eso, no esconder pero tampoco poner chinas en el camino. Divulgar lo nuestro.
Y descontando ya para las citas deseadas.
Alguno de los viejos diarios |
Acompañado del Secretario de Redobles y del Presidente de la Asociación para el Estudio de la Semana Santa |
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