miércoles, 19 de agosto de 2020

POSTALES DESDE EL VERANO 2020: La Parte Vieja de San Sebastián














El corazón de la ciudad. Donde se toma el pulso a la vida social donostiarra y de quienes vamos a visitarles. Sus viejas calles, abrazadas por el puerto y la ría y bajo la exuberancia del Urgull nos ofrece lo mejor de la ciudad, el disfrute de bares y sus famosos pintxos.

En los últimos viernes la consejera de Sanidad del Gobierno Vasco ha alertado, con frases lapidarias, sobre las consecuencias inmediatas que la pandemia iba a provocar en los próximos días en Euskadi (... algunos fallecerán".... "nos viene un tsunami...."). A tenor de lo que hemos visto en la Concha y como se encuentran los bares estos días.....

Volviendo a los pintxos. Exquisitos. Como la oferta, la variedad y el trato que disponen a los celíacos. Para ellos un lujo el Gandarias, o el bocadillo de tortilla de patata de la Taberna Juantxo, o los de la Cepa. Las comparaciones siempre son odiosas, pero el "juepincho" zaragozano solo ofrece 1 establecimiento sin gluten, y el popular Calamar Bravo o la Mejillonera ni se lo plantean. Al más puro estilo de estos, al lado de la Cepa sorprende la fila para llevarse la tarta de queso de la Viña.

No solo de bares vive la Parte Vieja. La iglesia de San Vicente, la del Coro, la plaza de la Constitución.... llenan de historia y de historias a todas estas calles.

Historias como la sufrida allá por los ochenta del siglo pasado, en aquellos años de amiguetes y novietas.... malos años para andar con tonterías por estas tierras de España. Llovía y al salir de un bar fuimos a recoger el paraguas donde ya no estaba. Al verlo en manos de un tío grande y corte de pelo propio de la zona, le sugerí amablemente que me devolviera el paraguas, que se debía haber confundido al cogerlo. Comienza a farfullar algo ininteligible, no se si fruto del porro que se estaba fumando, mezclado con el alcohol, para terminar diciendo, con las manos en los bolsillos, que si tenía alguna queja que buscara a mi lehendakari. Y como dudo que se alegrara de verme, el subconsciente empezó a pensar  en lo otro que preguntó Mae West al que marcaba paquete en los pantalones. Como había que salir airoso y con cierta dignidad le espeté "pues toma la funda del paraguas y agur".

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