martes, 14 de septiembre de 2021

POSTALES DESDE EL VERANO 2021: Puerto escondido

 


María Oruña escribe que todos tenemos un "puerto escondido", y que si no recordamos donde, debemos encontrarlo. Un entretenido libro para leer en nuestro puerto escondido que si sabemos donde se encuentra, y como dice este blog, lo contamos entrecomillas porque siempre hay alguien, y en este caso es María Oruña, que lo describe mejor que nosotros.








"Habían  llegado a Comillas. desde donde venían, la entrada al pueblo era sencilla pero evocadora. A la derecha de la carretera, el mar abierto y cantábrico, aparentemente tranquilo, bordeando en la costa una playa, un camping, e incluso un paseo. A la izquierda un pueblo que se levantaba sobre tres colinas, y que miraba soberbio, desde su posición privilegiada, al visitante, a su propia playa y al mar. Sin embargo, Comillas se guarda como un tesoro oculto, que no se vislumbraba directamente desde el mar; debías ascender por las colinas, porque desde la costa solo podían intuirse rasgos de una villa magnífica y envolvente".



"Tras sortear una densidad de tráfico considerable, con la playa de Comillas atestada de sombrillas, veraneantes y lugareños..."


"Desde su posición, en el coche, iniciando el ascenso de una colina, cualquiera habría adivinado fácilmente que aquella tierra  era un eje de belleza y de rincones insólitos. sobre un solitario cementerio se veía claramente la figura enorme de lo que parecía un ángel alado que empuñaba una espada. Aún en la distancia, la imagen romántica y gótica no dejaba de ser impresionante".




" No muy lejos, sobre una pequeña colina más próxima al mar, una enorme columna sobre un pedestal en forma de proa se erigía como monumento al marqués de Comillas".



"La casa que ella había indicado era, más bien, una mansión espectacular. El toque inglés era inconfundible, a camino entre una impresionante vivienda romántica y un  escenario de terror gótico. Múltiples tejadillos, revestidos de pizarra negra, entraban y sobresalían de entre la estructura, rematada en juegos de bordados trabajados en madera (...). Las dos plantas principales, más el sótano que se adivinaba y el elaborado ático, dibujaban una superficie ámplia, con vistas sobrecogedoras sobre la costa de Comillas, a través de enormes ventanas de madera marrón clara que atrapaban todos los ángulos de visión posible.

Parte de la fachada estaba cubierta de hiedra, cuidada y recortada, y la finca era tan inmensa que no resultaba fácil, en un vistazo inicial, delimitarla visualmente por completo, aunque toda ella parecía amurallada. Una verja de hierro, un poco carcomida, hacía de puerta principal, donde un cartel diminuto rezaba Prado San José"



"Comillas había sido la primera ciudad española donde había sido instalado el alumbrado público, con motivo de la visita de los entonces reyes de España (...) Comillas había llegado a se capital de España, aunque solo fuera de forma simbólica, ya que Alfonso XII había reunido allí su Consejo de Ministros, pasó a contar otras curiosidades, como que en el Palacio de Sobrellano había sido instalado el primer teléfono de Cantabria, o como que el primer campo de golf de la península Ibérica había sido engendrado allí mismo".


"Descalza, abrió la puerta principal de la Casa del Duque y se dirigió hacia su salida. El cielo estaba despejado: iba a cuajarse, sin duda un día esplendido. (...)  Atravesó el estrecho pavimento de asfalto y entró en el parque del monumento al marqué de Comillas. Dejó atrás el camino principal, arenoso y lleno de pinochas desperdigadas. Avanzó un poco más y se sentó, por fin, en un banco de madera que miraba hacia el cementerio de Comillas, teniendo a su izquierda, muy cerca, una robusta y gruesa cruz de piedra que se asentaba sobre un sencillo pedestal, y dejando, más lejos y sin prestarle la más mínima atención, el monumento vertical al marqués de la ciudad".











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