Tenemos "cuñaos" de todos los colores, y uno de
ellos se viene arriba cada vez que tenemos visita en nuestros cuarteles de
verano. Una buena excusa para salir a pescar cangrejos o ir a buscar
setas y agasajar a parientes y amistades como se merecen. En verdad, todos los
días tiene una coartada para salir al monte a recolectar.
Lo de las setas depende de las tormentas. O no, que esto es un misterio y el termina encontrando, porque rebozuelos siempre hay. Lo de los cangrejos ya es un escándalo. Desde que en los últimos años la normativa permite pescar cangrejos rojos y señal sin cupo ni talla, "el cuñao" aparece con los reteles cargados a centenares. Es cuando te alecciona, como buen "cuñao" que es, que el cangrejo señal es una especie exótica invasora originaria de la costa oeste de Norteamérica y que se introdujo por toda Europa en los años sesenta para reemplazar a los cangrejos rojos afectados por una enfermedad (el te dice hasta el nombre en latín de la enfermedad pero mi memoria no llega a tanto para reflejarlo aquí).
El caso es que este cangrejo se presenta, décadas después, en una amenaza grave para las especies autóctonas, y capturas masivas como las que realiza mi "cuñao" se han convertido en una gran medida para el equilibrio medioambiental.
Ya puestos completamos el menú con otros productos de la tierra que también se pasean por los montes y bosques; eso si, pasados por la parrilla.
Pdta: Esta actividad cumple con todas las responsabilidades sanitarias.
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