Ocho procesiones en un gran Domingo de Ramos. Otro más. Después de dos días con procesiones suspendidas hoy solo podían llover pétalos, como así ha sido. Porque una Semana Santa sin procesión de Domingo de Ramos es menos Semana Santa. Mañana de palmas y de estrenos; y así, a las doce de la mañana, puntual, con ganas, con Eduardo Acón imagino en el recuerdo de muchos, el trepidante y alegre redoble de la "entrada" de la Entrada en Jerusalén abre esta semana de Pasión, y un pasillo de palmas y repique de carracas abren camino a la Cruz In Memoriam al son de esa marcha con todos los tambores al unisono cuando hasta entonces lo habían hecho en dos grupos. Tras la cruz, Jesús sobre la burra, luciendo la recuperada aureola que llevara en su día el Cristo realizado por Palao en 1863.
50 minutos ha tardado el cortejo en despejar la abarrotada plaza, con todos los espacios ocupados, una procesión que ha tenido su momento álgido con el toque de "la calandina" en la puerta del antiguo colegio de los Maristas y en el sermón de la plaza de San Bruno, para cerca de las tres y media, volver a emocionarnos con ese trepidante final tan propio de la Entrada, cuyos bombos han tocado más fuerte que nunca.
La mencionada aureola no va a ser la única recuperación de esta Semana. Ya hablaremos el miércoles del Ecce Homo de Llovet o del paso de la Muerte del Santo Entierro. Pero hoy hemos vuelto a recuperar el viacrucis de las cofradías de San Pablo, y el Silencio y la Congregación de Esclavas han rezado con jotas sus estaciones por las viejas calles del Gancho acompañando al Cristo del Silencio.
Y como la tradición manda estrenar, la Esclavitud de Jesús Nazareno la ha cumplido de sobra con un nuevo estandarte, en el año en que el paso de María Magdalena y el piquete de tambores y cornetas cumplen 25 años en procesión. El estandarte no iba solo. Hasta siete podíamos llegar a contar de todas aquellas cofradías hermanas de otras localidades que le suelen acompañar en su secular viacrucis. Un grupo de tambores de la Magdalena de Tarazona completaban el cortejo.
De Bodas de Plata teníamos también a la Humillación en procesión desde 19 horas de de San Felipe. Difícil dar cabida a más gentío en la calle Alfonso mientras la recorren al ritmo de "Zaragoza" entre estación y estación. Déjate llevar por la multitud que te conduce a la plaza de la Seo, donde pasadas las 20 horas aún no ha llegado la Humildad, desde las 18 horas en procesión.
También iba de estreno el paso de Misterio de la Humildad, con una nueva disposición de sus figuras que irrumpe a golpe de martillo y de tambores y cornetas palentinas en una plaza donde no cabe un alfiler. La Humildad arrastra gente. No nos engañemos. Y seguramente, este momento de la llegada a la Seo sea el que más población concurre y convoca, aunque solo sea porque pasaba por ahí. En San Nicolás, con los honores mutuos que se rinden con la Piedad ya ha vivido uno de los muchos momentos intensos de al Estación de Penitencia, el otro, quizá el más importante se produce en la Catedral. Llega la Virgen del Dulce Nombre al son de "Pasan los Campanilleros" con la banda de Ejea de los Caballeros, de las de mayor solera de Aragón..... se cierran las puertas de la Seo. Son cerca de las nueve. Si nos damos prisa llegamos a ver terminar en la intimidad el viacrucis a San Pablo, y de San Pablo a Santiago, donde ha llegado la Columna en el traslado de su Cristo fundacional, una de las joyas de nuestra imaginería.
Cierra la Columna y volvemos a la calle Alfonso, está pasando el Prendimiento. Ya no hay el gentío que se encuentra la Humillación, o el que ellos mismos han atraído en su caminar por el Paseo Sagasta, pero la gente la ponen ellos; el elevado número de cofrades de los escolapios ocupan toda la calle camino de San Cayetano, donde la despedida y el arraigo a su colegio es, junto la recepción que reciben por parte del Calvario a las puertas de Santa Engracia, el momento más emotivo de la procesión de los siete dolores.
De San Cayetano a San Felipe. Pasan de las 22,30. La Humillación termina su recorrido acompañando a Jesús. Da tiempo de ver también terminar a los Nazarenos y partir hacia la Magdalena y sentir el momento más complicado del recorrido para los costaleros de la Humildad, que, tras pasar por la calle Dormer y recorrer la calle Mayor, tienen que salvar la estrecha salida a la plaza de la Magdalena. Allí espera a la Virgen del Dulce Nombre Carlos Sierra, Mayordomo de la Dolorosa, dispuesto a ofrecer un ramo de flores, momentos antes de que, enfilando doctor Palomar, Emilio Lerín, segundo capataz, despida a Emilio Sánchez, como gran cofrade y mejor compañero en su última procesión como costalero de los de largo recorrido. Tras la "levantá" suena de nuevo "campanilleros (se nota que es la única que reconozco sin que me la chiven). El cortejo enfila los últimos metros, como nosotros damos los últimos pasos de un gran Domingo de Ramos, habiendo gastado media hora larga del Lunes Santo. Todo a discurrido como esperábamos. Solo nos ha pillado lejos el barrio de San Gregorio para acompañar a la Coronación... lo dejamos para el jueves.
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