Hay casas en calles en la que a muchos nos gustaría vivir. En las casas y en las calles. Y sin embargo parece que no viviera nadie en ellas. Puede pasar el ejercito de Napoleón con sus tambores, trompetas y fanfarrias y nada. Nadie se asoma aunque solo sea para protestar. Alegra ver una bicicleta en un balcón. Lo que en otras casas quedaría cutre, aquí le da hasta un toque decorativo. Y le da vida.
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