martes, 31 de diciembre de 2024
lunes, 30 de diciembre de 2024
domingo, 29 de diciembre de 2024
sábado, 28 de diciembre de 2024
viernes, 27 de diciembre de 2024
jueves, 26 de diciembre de 2024
miércoles, 25 de diciembre de 2024
martes, 24 de diciembre de 2024
lunes, 23 de diciembre de 2024
domingo, 22 de diciembre de 2024
sábado, 21 de diciembre de 2024
viernes, 20 de diciembre de 2024
jueves, 19 de diciembre de 2024
martes, 17 de diciembre de 2024
lunes, 16 de diciembre de 2024
CALENDARIO DE ADVIENTO: 16 de diciembre
Todas las navidades leía Cuento de Navidad de Dickens, imaginándose caminando por las frías y neblinosas calles del Londres victoriano, rodeado de farolas de gas y el eco de las campanadas de la medianoche. O como un espectador invisible en los salones victorianos o en las humildes casas de los trabajadores londinenses, presenciando las transformaciones de Scrooge y sintiendo el calor de la redención en cada página.
domingo, 15 de diciembre de 2024
sábado, 14 de diciembre de 2024
viernes, 13 de diciembre de 2024
jueves, 12 de diciembre de 2024
miércoles, 11 de diciembre de 2024
martes, 10 de diciembre de 2024
lunes, 9 de diciembre de 2024
CALENDARIO DE ADVIENTO: 9 de diciembre
domingo, 8 de diciembre de 2024
CALENDARIO DE ADVIENTO: 8 de diciembre
sábado, 7 de diciembre de 2024
viernes, 6 de diciembre de 2024
jueves, 5 de diciembre de 2024
miércoles, 4 de diciembre de 2024
martes, 3 de diciembre de 2024
CALENDARIO DE ADVIENTO: 3 de diciembre
Había una vez una abuelita que
decidió hacer galletas especiales para Navidad. No era una galleta común, no.
Esta galleta era mágica, hecha con cariño y un toque de azúcar y dulces que la
hacían brillar de una manera muy especial. Tenían una forma redonda y, en el
centro, una gran sonrisa.
Cuando estuvieron horneadas, la
abuelita las colocó en un lugar especial de la cocina, cerca de la ventana,
para que todos los niños pudieran verlas. Las galletas, al sentirse tan felices,
pensaron que no querían acabar como una simple merienda.
Esa noche, mientras la abuelita
dormía, las galletas cobraron vida. Se levantaron y decidieron dar un paseo por
la casa. En su camino, vieron el árbol de Navidad decorado con luces brillantes
y adornos relucientes. Una de ellas dijo: "¡Qué hermoso está todo! Pero
algo falta... ¡Yo quiero ser parte del árbol!".
Pero la galleta no sabía cómo
subir al árbol. Entonces, una dulce hada navideña que vivía entre las ramas del
árbol escuchó su deseo. Con un toque de su varita mágica, ayudó a la galleta a
subir. Allí, la galleta quedó colgada en una ramita y le dijo a las demás:
"Ahora seré una parte del árbol de Navidad y así todos podrán verme y
disfrutar de mi”. Las demás galletas no queriendo ser menos pidieron a las
hadas lo mismo, ser parte del árbol.
Al día siguiente, cuando la
abuelita vio su árbol, se sorprendió al ver que sus preciosas galletas decorada
colgaban de las ramas. Pensó que era una de las decoraciones más bonitas que
había puesto. Los niños que vinieron a visitar la casa también se quedaron
admirados, y todos se maravillaron al ver a las galletas brillando entre los
adornos.
Desde ese momento, la Galleta de
Navidad se convirtió en parte del árbol de cada Navidad. Cada año, la abuelita
la colgaba con mucho cariño, y cada vez que alguien la veía, todos recordaban
que la magia de la Navidad puede estar en las cosas más simples, como una
galleta que se convierte en parte de la decoración.
Y colorín colorado, este cuento
ha terminado. 🎄🍪✨
lunes, 2 de diciembre de 2024
CALENDARIO DE ADVIENTO: 2 de diciembre
Había una vez, en una fría noche
de Navidad, una niña llamada Clara recibió un regalo muy especial: un hermoso
cascanueces de madera. Clara se emocionó mucho y lo cuidó como si fuera un
tesoro. Esa misma noche, algo mágico ocurrió. Cuando todos dormían, Clara
despertó y descubrió que sus cascanueces habían cobrado vida.
El Cascanueces le contó que en
realidad era un valiente príncipe que había sido convertido en madera por un
malvado hechizo del Rey de los Ratones. Antes de que Clara pudiera entender
más, el Rey de los Ratones apareció con su ejército. Pero Clara, valiente y
decidida, ayudó al Cascanueces a derrotarlo. Tras vencer, el Cascanueces se
transformó de nuevo en un príncipe y llevó a Clara a un mundo mágico lleno de
maravillas.
Allí, conocieron a la Bailarina
de los Dulces, una figura hermosa y elegante que danzaba con gracia para ellos.
En ese reino, cada rincón tenía algo especial: había árboles hechos de
caramelos, ríos de chocolate y copos de nieve que bailaban en el aire. Todos
celebraban la victoria contra el Rey de los Ratones con música y baile.
Clara y el Cascanueces pasaron un
tiempo maravilloso en aquel lugar, disfrutando de las danzas de la Bailarina y
otros personajes mágicos. Pero cuando la noche llegó a su fin, Clara se
despertó en su cama, con los cascanueces de madera en sus manos.
domingo, 1 de diciembre de 2024
CALENDARIO DE ADVIENTO: Primer Domingo de Adviento
Sobre la mesa descansaba una
corona de ramas verdes adornada con cintas rojas y pequeñas piñas. Cuatro velas
solemnes esperan ser encendidas, aunque solo una lo será
El padre encendió la primera
vela, cuya luz vacilante rompió la oscuridad. “Esta es la vela de la
esperanza”, dijo, mientras los niños, fascinados, contemplaban la llama que
parecía bailar al ritmo de un villancico.
La madre tomó la mano del más
pequeño y, con una sonrisa cálida, comenzó una oración sencilla. Cada palabra
llenaba el aire con una sensación de calma y promesa, como si la llama
susurrara que algo grande estaba por llegar.
Fuera, la noche de diciembre era
fría y oscura, pero en aquel hogar, la luz de la primera vela iluminaba más que
la habitación: encendía los corazones. Era el comienzo de una tradición, un
tiempo para esperar, compartir y creer.
El primer domingo de Adviento no
era solo una fecha; es un suspiro
cargado de esperanza, un recordatorio de que incluso en la oscuridad más
profunda, la luz siempre se impone.