viernes, 10 de abril de 2020

CARTAS COFRADES XVIII: Viernes Santo. Santo Entierro






El Santo Entierro le da distinción a nuestra Semana Santa, la de Zaragoza. Y en este blog, tantas veces como haga falta, seguiremos declarándonos aPASIONados de él. Todo un monumento de la Semana Santa española. Especial es la sensación de uno cada vez que participa en la Procesión General, pues se siente participe de un acto cuyo discurrir ha ido al compás de la historia de Zaragoza. En este 2020, de la historia de la humanidad. Solo situaciones graves plantean su suspensión con antelación. Por eso no ha quedado más remedio que celebrarlo con los recuerdos. Nos hemos privado de algo hermoso y grande, pero nos ha permitido poder abrazar de verdad la esencia del dolor.

Zaragoza no ha sido muy dada a la conservación y sin embargo mantiene activa una Hermandad, que la tradición ha llegado a situar sus orígenes en el siglo XIII, con una procesión que se celebra, por lo menos, desde hace cuatro siglos. El Santo Entierro es más que una sucesión de cofradías, aunque estas, haciéndolo grande y a lo grande, a veces nos hace perder el hilo argumental y sentido del mismo. Es más que puro catecismo. Es todo alegoría, simbología y metáfora. Metáfora del originario fin de la Sangre de Cristo de acompañar reos y recoger cadáveres. Catecismo con la presencia de los estandartes de las doce tribus de Israel, y de Abraham, Isaac, Moisés, Aarón, David..... el pueblo hebreo, la samaritana, la Pasión de Cristo. Y la simbología de los doce hachones o las sibilas, los estandartes de las virtudes teologales y las banderas de las partes del mundo que simbolizaban la redención de toda la humanidad por la Muerte del Hijo de Dios.

Es más que evidente la incapacidad que tiene la iglesia de Santa Isabel para acoger todos los pasos que participan. Sin embargo no lo concebimos de otra manera. Hoy quisiéramos estar ahí, aunque practicamente no nos dejen entrar, no nos dejen encender incienso, o no nos den tiempo ni para echar un rezo. Hoy eso nos daría igual. Y junto a esto el diseño del recorrido, que se ha tenido que ir alargando, en algunos casos por zonas poco atractivas, para dar cabida a toda la procesión en la calle. Es un handicap con el que tenemos que convivir y lamentablemente asumir. Más duele asumir cuando se suspende; y en este siglo XXI llevamos más de las que entre todos podamos recordar. 

En los últimos años, el Santo Entierro está muy bien organizado, pero si algo se respira cuando participamos son las prisas. Todo se tiene que hacer deprisa, Hay que salir ya, no os podéis parar, no podéis tocar... haced mutis por el foro que esto ya no va con vosotros.....

Que bonito el inicio del Santo Entierro de 2015.... dando sentido litúrgico y escénico (que es sino una procesión que una representación... aunque vaya por dentro), con cofrades, con personas arropando al protagonista de la procesión, en su principio y en su final. La procesión no está hecha para la televisión, pero por ella se accede a mucha más gente (que nos lo pregunten este año), incluso posteriormente a los que hemos participado en la misma (que nos lo vuelvan a preguntar este año). No es lo mismo ver una plaza vacía, como una rampa de lanzamiento en una crono ciclista, (y las cofradías también se empeñan en tener al público cuanto más lejos mejor), que un acto repleto de cofrades, de pasos, de instrumentos y sentimientos. Y por si nos toca volver a vivirlo en las redes sociales o en la televisión......

Para que tanta prisa si se celebra una vez al año, o a veces cada dos años. 



1 comentario:

Sergio Anorak dijo...

Eres un valiente: además de lo que has puesto en valor -y que es lo que yo subrayo de tu carta- has abierto un melón, que es el presente y futuro cercano de nuestro Santo Entierro -remarco el pronombre-. Una gran oportunidad para analizar su sentido litúrgico, catequético y tal vez la hora de tomar decisiones que favorezcan su mensaje, su belleza y su singularidad. Un abrazo, Jorge.