A Santa Justa hemos venido muchas veces. Un acantilado mágico entre Ubierco y Tagle, con su ermita rupestre siempre amenazada por el embate de las olas y bajo las ruinas románticas de un viejo torreón. Un buen lugar para ver atardecer. Ya es difícil encontrar la soledad a estas horas de la tarde desde donde ver darse al sol su baño diario. Al menos aquí el personal (¡y que bien hicieron además!)no se había traído las pizzas por encargo de la Quo Vadis (los hay que se lo saben montar). Por cierto, mención especial a esta mítica pizzería de Comillas con pizzas sin gluten. Buenísimas además.
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