domingo, 20 de octubre de 2024

POSTAL DE OTOÑO: Amanita muscarea



El aire en el bosque otoñal olía a humedad y hojas caídas. Entre las sombras doradas de las hojas de robles y las acículas de los pinos, la figura roja brillaba bajo los helechos. Una alegría perdida entre el musgo, el liquen y las ramas secas. Majestuosa y enigmática; allí estaba la amanita muscaria. Su sombrero rojo con manchas blancas brillaba bajo la suave luz dorada que se filtraba entre las ramas de los árboles. Parecía salida de un cuento de hadas.

En el suelo del bosque, como una guardiana del otoño, la amanita advierte: en la naturaleza, lo más bello puede ser también lo más letal. Y ahí la dejamos en su trono de musgo y bajo el palio de los helechos, para que siga reinando en la penumbra dorada del bosque otoñal.



 

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