sábado, 8 de abril de 2023

CARTAS COFRADES 2023-XVI: Viernes Santo



Viernes Santo; uno de los días más importantes de la religión católica y en Zaragoza sabemos celebrarlo acorde con la tradición y con la historia heredada. Todo gracias a que se ha respetado el día, se ha reservado a la Procesión de las Siete Palabras por la mañana y al Santo Entierro por la noche. Puedes sumar si quieres la procesión de la Soledad y el relato queda de lo más completo.

Acorde con la tradición, pero también con el Evangelio, la procesión de las Siete Palabras es pura catequesis. La procesión la visten de religiosidad popular con los tambores y los capirotes, pero el mensaje es la síntesis del cristianismo. Oración, petición, promesa, entrega, confianza, sacrificio y amor.

Y en días radiantes como el vivido hoy, nadie ocupa la plaza del Pilar como lo hace las Siete Palabras. Porque el Viernes Santo la hace especial cuando aquella se llena del verde de los capirotes alrededor de sus cuatro grupos escultóricos, envueltos con el tronar de los tambores, mientras todo se prepara para escuchar el sermón de la Tercera Palabra, la del hijo, la de la Madre, la representada en su paso titular. Con la de procesiones que llevamos durante toda la semana, el clima que se crea en torno a las Siete Palabras es exclusivo; distinto. Y desde la llegada del Cristo de la Expiración, del Cristo de Miñarro, es difícil  escapar al magnetismo que este provoca; hasta nos sobran a su paso los tambores en la cofradía de los tambores, y nos dejamos atraer por los misereres, motetes y madrigales de los Ministriles.

La procesión se alarga más allá de las cuatro de la tarde. Casi no da tiempo para descansar; en poco más de dos hora se inicia el Santo Entierro. Todo son prisas; vivimos las procesiones con prisas. Los tiempos se quieren acortar, pero solo terminan reduciéndose en lo fundamental, en el fin, no en el medio. Si el pregonero puede ser más breve mejor, si la predicación del encuentro se reduce a 10 minutos todos contentos, si a las velas del Viernes Santo, programadas hasta las 14 horas, las echamos de San Cayetano a menos cuarto no hay problema; si conseguimos acabar el Santo Entierro antes de las 12 de la noche, un éxito.

El Santo Entierro es algo más que tradición. Es la historia heredada mencionada con anterioridad. Y tendríamos que ser capaces de transmitirlo hacia el futuro para que perviva como lo que es; origen y la causa que da estructura a nuestra Semana Santa. Y algo no se debe de estar haciendo bien cuando lo que prima son las prisas o las quejas, las ausencias y las no asistencias. Pocos terminan contentos y en una misma cofradía te puedes escuchar a quien se ha sentido haciéndolo a la carrera o el que se queja de los continuos parones. Lo que ya es de nota es que un cetro de la organización te este pidiendo que pares para esperar al Cristo de la Cama que está saliendo con calma (como no puede ser de otra forma) y con todos los honores de San Cayetano, mientras otro cetro de la organización te pide explicaciones por estar parado pidiendo celeridad para no dejar espacios con los de delante.

El Santo Entierro necesita una reforma; el caso es que no sabemos como porque somos de los que cambiaríamos lo mínimo; y en su esencia, nada. Y las que hemos escuchado tampoco nos convencen. Y partiendo de que su esencia es San Cayetano, el cortejo fúnebre y la participación de todos (todos) los pasos de misterio, poco margen damos para cambios. De la misma manera que tras1812 se cambió de sede por obligación, que en 1909 se convocó un concurso de reforma, que en la década de los años 30 del siglo XX hubo que adaptarse a la coyuntura y que a partir de 1938 comenzaron a unirse las cofradías actuales, modificando década tras década  conforme se iban creando y aportando nuevos sonidos y aumentando pasos, bien entrado ya este siglo XXI, la procesión merece algo, una reflexión, un nuevo concurso, una proyecto, una sentada...  

Lo que es curioso es que las cuestiones negativas del Santo Entierro las suelen manifestar aquellos que procesionan, aquellos que participan.  Los que lo presencian desde las acera, especialmente si son ajenos al mundo cofrade, salen fascinados de lo que ven y del poderío tan peculiar de la Semana Santa de Zaragoza.

Volviendo a la peana del Cristo de Miñarro; sin duda la mejor obra religiosa del siglo XXI en nuestra ciudad, y la única imagen de procesión venerada en la basílica del Pilar. Es de valorar el esfuerzo que hacen tras terminar la procesión de las Siete Palabras para convertirla en un paso a ruedas, quitándole las andas y cambiando las faldas. Un esfuerzo que vale la pena; magnificando a la cofradía y al Santo Entierro. Todo un ejemplo

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