domingo, 20 de diciembre de 2020

Se acerca la Navidad. Nos gusta la Navidad.








Se acerca la Navidad,  y los grandes almacenes y centros comerciales nos lo recuerdan. Nos gusta la Navidad, es además el lema escogido por el Cote Inglés este año. Menos con "la vuelta al cole" que no nos gusta, los grandes almacenes siempre aciertan con sus eslogan. Y para Navidad nos gusta como decoran sus pasillos, como suenan los villancicos por todas las plantas, y te acercan a los Reyes Magos (aquellos "Baltasares" de Galerías Preciados..... ya me entiendes) o Papá Noel. 

Que si, que lo del comercio de cercanía esta muy bien, pero no le vamos a negar el encanto a los grandes almacenes. Para mis amigos que se definen con calificativos terminados en -istas (siempre de valores positivos, universales y avalados por la ONU claro) sonará a reaccionario. Ese Sepu, Gay, Galerías Primero o Galerías Preciados de nuestra infancia tenía su encanto de magia. Aunque solo fuera pr la escalera mecámica del SEPU o los espejos de las de a pie  que descendía en elegante curva. Ahora solo nos queda el Corte Inglés y  no seremos desde este blog quienes les critiquemos, Sus anuncios están a la altura de los de Coca Cola; sobre todo desde que "creo que mi padre es un elfo". Que vamos a decir de cuando en los años ochenta los ayuntamientos dejaron de poner luces callejeras y la fachada del Corte Inglés era todo un despliegue de luz y sonido.

Viendo "Milagro en al calle 34 (1947)", ves que la cosa viene de lejos, pero hasta puedes reconciliarte con ellos. Esta película tiene frases y momentos memorables y es todo un canto a los sueños, a las creencias infantiles, y a las cosas bonitas.

- Llevo años luchando contra eso, contra la comercialización de la Navidad

-Hay muchas cosas malas en este mundo, pero una de ellas es esa, ganar dinero y ganar dinero (,,,,) no les importa nada, solo ganar dinero sin parar.

Se decían entre el viejecillo contratado para hacer de Santa Claus y el fámulo que escoba los almacenes. Y que decir de la conversación entre la práctica Mauren O'Hara, que educaba a su hija en contra de creencias como Papá Noel o el RaTón Pérez, y de nuevo el viejecillo que le dice a la ejecutiva.

-Estoy preocupado por la Navidad, estamos todos tan ocupados compitiendo, queriendo que todo sea más rápido, mas vistoso y mas barato que la Navidad y yo hemos quedado olvidados.

- Ah, yo no lo creo así, la Navidad sigue siendo un día importante.

- La Navidad no es solo un día, es un estado de ánimo, por eso celebro estar aquí

Esta última frase se hace de lo más actual este año. La Navidad es un estado de ánimo.

Pero para diálogo total el que se lleva el juez que juzga al viejecillo para ver si es el verdadero Santa Claus con el fiscal que le pone en tela de juicio su futura carrera política

 - No seremos capaces ni de colarte en las primarias.

- Pero Charlie, atiende a razones, soy u juez responsable, he prestado juramento, como puedo dictaminar en serio que Papá Noel existe.

- Está bien, vuelve ahí y diles que el Tribunal Supremo del Estado de Nueva York dictamina que Papá Noel no existe, lo pondrá la prensa, los niños lo leerán y ya no colgarán calcetines, que pasará con los juguetes que deberían estar en esos calcetines, nadie los comprará, a los fabricantes les encantará, tendrán que despedir a un montón de empleados, sindicalistas, pondrás a la confederación del trabajo y al Congreso en tu contra... todos van a adorarte por ello.

A día de hoy, cambia en ese discurso grandes almacenes por estaciones de esquí aragonesas. Desde la ignorancia que hemos manifestado siempre en este blog, seguimos sin entender porque no está prohibido subir por las escaleras mecánicas de Puerto Venecia o el Corte Inglés, pasear por la calle Alfonso y el Paseo Independencia y en cambio no poder subir al Pirineo; ni siquiera los que tienen segundas residencias allí, respetando las normas como hay que respetar.

9 millones de andaluces pueden ser potenciales visitantes de Sierra Nevada. 6 millones de catalanes pueden ser potenciales visitantes de su Pirineo. 6 millones de madrileños pueden subir a Navacerrada o esquiar a cubierto en Xanadú. El millón y poco más de los que vivimos en Aragón no podemos cambiar de provincia. Alguna explicación habrá. Por algo unos tienen estudios y otros son políticos y nosotros no (solo se equivoca quien toma decisiones). Unos que yo me se se encontrarían más seguros y con la cabeza más despejada para poder seguir trabajando en su hospital y en su centro sociosanitario en su casa de Sandinies que en la de Zaragoza. Pero si lo que ocurre es que lo que quieren es que no salgamos de casa porque no se fían de la gente, que lo digan, "no nos fiamos de la ciudadanía" que nos lo digan y nos confinen como en primavera. Pero Entonces es cuando se tendrían que escuchar la conversación de la película y ya no sería solo por parte de los pobres comerciantes y hosteleros de nuestros pequeños pueblos.

Para terminar. Tengo unos amigos que tienen casa en Sos y en Jaca. La distancia desde Zaragoza es prácticamente la misma, entorno a 130 kilometros. Pero se llega antes a Jaca que a Sos por la autovía. A Jaca no pueden ir, a Sos si. Al menos pueden ir a un sitio. .






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