El ambiente del partido era raro. Parecía como si hubiera gente que quisiera que perdiera el Real Zaragoza para provocar la destitución del entrenador. La pitada cuando sonó su nombre por megafonía evidenciaba el pulso de la afición, a pesar de que a muchos les pilló todavía fuera de la Romareda debido a los cacheos y medidas de seguridad tras lo cercanos actos terroristas en París.
No se llegó a los límites del ¡Chechu vete ya! de aquel partido contra el Villarreal del 23 de diciembre de 2001, cuando el personal poco menos pedía que el Toro Acuña fallara el penalti que dio la victoria por 3-2, pero parecido. Pero es que por pedir se pidió hasta la dimisión de la directiva, algo que ya parecía un poco exagerado. Somos así. El rápido 2-0 de la primera parte suavizó el ambiente en la mayor parte de los asistentes, pero los extraños y tardíos cambios y la mala imagen de la segunda parte hizo que tras el pitido final los pitos al entrenador volvieran a aparecer.
Una cosa queda clara. Diamanka es el pulmón de este equipo y Pedro el único que hace algo distinto. Con el senegalés presente nunca se ha perdido y su lesión nada más comenzar la segunda parte así lo evidenció. Esperemos que no lo mantenga mucho tiempo fuera de los terrenos de juego.
Este equipo necesita un goleador como el comer. Y si la Ponferradina hubiera estado más acertada en los contragolpes del segundo tiempo la victoria se hubiera decantado del otro lado.
Aquella temporada del 2001-2002 se descendió a segunda. Muchos estamos convencidos de que de haber mantenido en el banquillo a Chechu Rojo no se hubiera bajado. Si destituir a Popovic asegurase subir a primera ya están tardando, pero como no es así........será mejor gastarse el dinero en un goleador, que es lo primero que te va a pedir también un entrenador nuevo
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