El domingo 12 se celebró, como todo segundo domingo de mayo, la romería a la ermita de San Gregorio. Si al salir por la carretera de Huesca, a la altura de la Academia General Militar, miras a tu izquierda a lo mejor la ves, pues como dijo Alfonso Zapater “parece una paloma posada sobre el secano dispuesta a remontar el vuelo en cualquier momento para ir a saciar su sed a las aguas del Gállego”. Por mi familia paterna siento un vínculo emocional muy arraigado hacia esta romería, pues la ermita pertenece a nuestra Parroquia de Altabás, que se resiste al tiempo a pesar de enclavarse en una ciudad como Zaragoza.
Parece ser que hay documentos que sitúan su origen a principios del siglo XVII, y que se levantó en el lugar donde la tradición situaba donde cayó agotado Gregorio en su viaje desde el Midi Francés hasta el templo del Pilar.. En el 590 llegaría a ser Papa, y como es el santo patrón protector contra la langosta, es de suponer que siglos atrás, las gentes del campo próximas a la ciudad, levantaron allí una ermita desde la cual hacer rogativas y bendecir los campos y fundar una cofradía.
Ya que este año estamos celebrado el bicentenario de los Sitios, es de recibo recordar que los franceses ocuparon la ermita, pues su situación supuso una magnífica atalaya de observación para la retaguardia francesa en sus operaciones en el Arrabal y poder controlar posibles movimientos de las tropas españolas que pudieran acceder a Zaragoza por el norte o el este.
A pesar del paso de los siglos, y sobre todo de los cambios sociales que han hecho desparecer prácticamente de nuestra ciudad el mundo agrario, el atractivo de la ermita sigue vigente. Ojala los barrios del Arrabal y de San Gregorio sean capaces de mantener esta ancestral tradición. Sin olvidar que los políticos sólo suben a hacerse la foto y para los militares no deja de ser el día de ayer más que una molestia para su campo de maniobras.
Si estas interesado hay un libro publicado en 2002 que nos cuenta todo esto y mucho más. Está escrito por Jesús Madre Casorrán con el título En torno a la ermita de San Gregorio.
Jorge Gracia Pastor
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