La palabra "relato" (tan usada siempre), se ha puesto de moda entre periodistas, tertulianos y políticos, para hablar, justificar o atacar asuntos como el independentismo, el terrorismo, la transición....... convirtiéndola en manida. La utilizamos nosotros también.
El relato de nuestra Semana Santa en los días claves de la Muerte y Resurrección de Cristo, Viernes, Sábado Santo y Domingo de Resurrección, queda completamente hilvanado con las Siete Palabras, el Santo Entierro, las procesiones de la Soledad, la visita al Sepulcro (máxime desde que en 2011 la Sangre de Cristo instaurara el suyo) y la procesión de la Resurrección iniciándose desde 2012 en San Cayetano (o sea, desde el Sepulcro donde acaba el Santo Entierro).
Con la Congregación de Esclavas nos hemos vuelto a acercar a los sepulcros de Zaragoza (recuerda que hay dos; esto a algunos enfada, pero crucificados también hay en todas las iglesias y "dolorosas" y "cautivos" ni te cuento). Desde San Pablo el toque de sus dos campanas van abriendo camino a la procesión, para llegar primero a San Cayetano, donde, una vez más, la iconografía que nos ayuda a venerar a Jesús en su sepulcro es espectacular (si tal expresión es lícita de usar para tal acontecimiento). Más sencilla que el año pasado, pero impactante. Nicodemo y José de Arimatea envolviendo a Cristo en la "Sábana Santa", bajo la mirada de la Madre (la Virgen de Palao) y recogidos en torno a parte del anterior monumento que acogía "la Cama" los Jueves y Viernes Santo antes de que recuperaran la escenografía del palio. Enhorabuena y gracias a la Sangre de Cristo y a sus colaboradores por lo que nos ofrecen año tras año. Y reconocer el trabajo nocturno que llevan tras la realización del Santo Entierro y lo difícil que debe suponer trabajar en una iglesia llena de pasos a los que hay que ubicar.
Predicación de la Soledad en San Nicolás, con visita y veneración al sepulcro del Monasterio de la Resurrección, donde también les espera otra Antiquísima Cofradía y vuelta a San Pablo.
Por San Cayetano van pasando el resto de las cofradías y fieles zaragozanos hasta que a las 20,30 horas, con toda la Real Hermandad presente junto a la Guardia Romana, se cierra el Sepulcro y se inicia la procesión de la Vigilia Pascual hacia el Pilar.
Me gusta el Sábado Santo; día de luto y transición, y creo que en Zaragoza las cofradías hemos aprendido a celebrarlo, sabemos celebrarlo y relatarlo, en espera de la Fiesta Principal del Cristianismo.
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