La Colegiata de Bolea fue construida a mediados del siglo XVI, inspirada en la la Seo zaragozana y en la catedral de Barbastro, pero por lo que destaca sobre todo es por su esplendido retablo. Si la guía que te lo explica comienza diciendo que te encuentras contemplando uno de los mejores retablos del mundo, tu atención queda en ese momento enganchada a la narración y la observación.
Obra maestra de la pintura española del Renacimiento, sus 20 tablas de madera policromada fueron realizadas entre el XV y el XVI. Realizados por el denominado Maestro de Bolea, al que no se le ha relacionado con ninguna otra obra, muestra de forma innovadora en Aragón la perspectiva, la iluminación y el sombreado mezclando rasgos flamencos con toques del Quattrocento italiano. Todo esto nos contaba la guía, que lo vivía, especialmente cuando pedía que nos percatáramos en la Magdalena del Descendimiento, con su rubia melena al viento que recordaba la Venus de Botticelli. Pues es verdad.
Aún daba mayor importancia al retablo cuando recalcaba no haber tenido ningún tipo de restauración salvo limpieza. Otra joya de Aragón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario