lunes, 21 de diciembre de 2009

TIEMPO DE ADVIENTO VIII: Los villancicos.

Ha sido un fin de semana de mucho villancico. En casa son la banda sonora, tanto por los discos que se ponen como por lo que suena al piano de las chicas. Por la calle resulta entrañable encontrarte con grupos y coros que, desafiando al frío, acompañan a los paseantes por Independencia, Cinco de Marzo o la calle Alfonso. También hemos tenido la XIV Muestra de Villancicos Populares en la Iglesia de San Pablo. Y ayer, en casa del compañero, y sin embargo amigo, Pedro estuvimos toda la tarde con las guitarras, las panderetas, los cascabeles y la botella de Castellana, desgranando el repertorio, desde los tradicionales a los flamencos, pasando por las jotas (Joticas al Niño de mi corazón....). Lo pasamos bien. Como dice mi madre “donde hay niños hay alegría” (a veces). 

Originariamente, villancico aludía en general a un tipo de composición lírica popular para ser cantada en cualquier ocasión, no sólo en Navidad. Su denominación proviene de “villano”, pero no responde al hecho de que hubieran sido compuestos por el pueblo, si no que sus autores remedan el habla, la música y el estilo popular. A mediados del XIX, la palabra villancico pasó a hacer referencia exclusivamente a los cantos populares de Navidad, a menudo interpretados con acompañamiento de guitarras y laudes y, sobre todo, con instrumentos de percusión: zambombas, tambores, almireces, castañuelas, panderetas y botellas. 

Tengo una buena colección de villancicos, especialmente porque el Ausejo me ha pasado en los últimos años un montón de cd,s con sus descargas de versiones de todo tipo, estilos y registros posibles. No hay cantante que se precie (desde Dean Martín, Sinatra, a Enya o Luis Miguel, pasando por Lennon, Raphael Elthon John.... que no hayan versionado Adeste Fideles, Noche de Paz, White Christmas.....), junto a los tradicionales centroeuropeos o americanos, más los de aquí de toda la vida: "campanas sobre campanas", "Dime Niño", "Arre borriquito"... Mantenemos en la memoria lo que sonaba en el tocadiscos cuando eramos críos, el roce de la aguja sobre el vinilo...... los cd,s no suenan igual. Es más, “los peces en el río" estaban rallados y cada vez que los escucho (en cd), espero que se atasque en “beben y beben y vuelven a be, y vuelven a be, y vuelven a be, y vuelven a be.....” Nuestros favoritos, White Christmas de Bing Crosby y el Tamborilero de Rapahel (1972), a la que desde este blog tan particular consideramos mejor versión que la americana que están diciendo todo el rato poropopopom.

No hay comentarios: