El pen con el disco del verano comienza a sonar al enfilar la carretera en dirección a "julio".
Tras muchos, demasiados kilómetros escuchando canciones ininteligibles en un supuestamente castellano, y que todas suenan igual (casi se echa en falta a Fonsi o a Enrique Iglesias), plagadas de palabras como "google maps", "tik tok", "dame un like", o rimas consonantes tan trabajadas como "llego a mi vida el amor de mi vida", comenzamos a oír a un tal Bad Bunny al que al menos se le entiende que "se va de vacaciones", sin saber si se hace el lelo o es lelo del todo.
Alguien dice, "esta es la canción del verano".
No por Dios; no puede ser "esto" la canción que nos atormente allá por donde vayamos. ¿No puede ser Tacones Rojos?.- Pero que dices eso suena desde le otoño pasado. Da igual; la ponen en todos los lados y al personal se ve que le gusta.- Estas out. ¿Tampoco puede serlo en la versión inglesa?- que no, que no, que va a ser la de Bad Bunny o alguna de Rosalía. ¡¡¡Socorro!!!. Pues como diría esta; "con la N Ni se te ocurra ni pensarlo". Estos hacen bueno a Georgie Dann, al "tractor amarillo", o a Puturru de Fuá.
Creo que necesito una sobredosis de Julio Iglesias o Rocío Jurado
Llegamos a nuestro destino. Primero recoger las llaves de casa. Sale Mari a recibirnos; a sus 92 años, con zapatos, no me lo puedo creer, con tacones rojos. Decidido; es la canción del verano; al menos en mi coche.
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